El polémico guardarropa de Michelle
A la primera dama de EE.UU. le han llovido las críticas por sus looks para recibir al Papa y al presidente de China
Michelle Obama es una de las mujeres más observadas y fotografiadas del panorama mundial. Además de ser la primera dama del país que arbitra los designios del planeta, es una mujer activa, inteligente, alta, atractiva y rotunda, que sabe sacarse partido. Salvo algunas excepciones, Michelle Obama sabe esconder bien sus defectos: su derrière, su caderas y un talle excesivamente alto. Pero también sabe lucir bien sus mejores activos: unos brazos bien torneados y unas largas piernas de bronce. La elección de sus vestidos causa polémica. Cuando visita un país, se disecciona su vestuario, frecuentemente acertado. Pero la semana pasada protagonizó un par de tropiezos que fueron muy criticados en la prensa norteamericana.
Noticias relacionadas
La primera dama acudió a recibir al Papa Francisco , de visita oficial en Estados Unidos, ataviada con un delicioso vestido azul cielo de cierto vuelo, media manga, cinturilla con trabilla alta y sin escote. Era una imagen cuasi celestial y destacaba en la fotografía por encima de los increíblemente carismáticos Papa Francisco y Barack Obama. Pero hete aquí que siendo la caridad con los pobres, la humildad y la sencillez franciscana el leitmotiv del Papa Bergoglio, Michelle escogió un modelo de Carolina Herrera de 2.300 dólares. Quizás lo tenía que haber pensado mejor, aunque está claro que el Papa recibe las visitas de Reinas y princesas que no van ataviadas con prendas low-cost.
Made in Shangái
No mejoraron las cosas la noche de la cena de Estado ofrecida a la pareja presidencial china, Xi Jinping, y la famosa soprano y primera dama Peng Liyuan. En realidad, a veces es difícil acertar sin herir sensibilidades a una u otra parte, pero en esa ocasión Michelle Obama se equivocó.
Llevó un vestido largo y negro de corte sirena en crepe de seda de Vera Wang . La sensual silueta y el pronunciadísimo escote palabra de honor con tirantes de organza caídos no resultaron lo más apropiado. Un mini escote adicional en forma de «v» dejaba a la vista los encantos de la primera dama. Confiada en estar trasladando al público el glamour de Hollywood, Michelle Obama parecía más bien una chica de algún pueblo de Louisiana en su noche de «Prom» . Los escotes reveladores no son habituales protocolariamente cuando se representa a un país, pero aún menos cuando se recibe oficialmente a mandatarios de países en los que llevar escote no es habitual. Para rematar el atuendo, su peinado vaporoso hacia un lado, parecía sacado de las discotecas de los años 80.
El vestido de Vera Wang suscitó las críticas de la industria de la moda estadounidense, ya que la familia de Wang, una creadora nacida en Nueva York hace 66 años, proviene de Shanghái. No ha sido la única vez que la primera dama elegía marcas extranjeras en sus contactos con los mandatarios de China , uno de los mercados más boyantes para la industria de la moda americana. En 2011, durante la visita del anterior presidente chino, Hu Jintao, también escogió un creador extranjero: llevó un modelo de Alexander McQueen color rojo que le sentaba como a un cura dos pistolas. El CFDA -Council of Fashion Designers of America- , la asociación de creadores norteamericanos, se molestó entonces y se ha molestado ahora. Algo ridículo en el país que se jacta de estar formado por inmigrantes de los cinco continentes.
«Mama Peng»
En cambio, Peng Liyuan, la primera dama china, hizo todo lo contrario que Michelle Obama. Siendo una estrella popular en China, donde antes de ser primera dama era conocida como soprano, decidió mantener gran discreción para no restar importancia a su marido, Xi Jinping. En su llegada a la Andrews Air Force Base en Maryland, llevaba un traje sastre de corte occidental: el cuello Mao era la única concesión a su país de origen. Sus peinados durante la visita a los Estados Unidos, han sido discretos y atemporales. Varias veces incluida en las listas de las mejor vestidas del mundo, Peng Liyuan es imitada en China tanto o más que Kate Middleton y Michelle Obama lo son en el mundo occidental. No obstante, la mujer a la que los niños chinos llaman «Mama Peng» sabe elegir su guardarropa para desempeñar el papel de primera dama con éxito, es decir, para no quitarle protagonismo al presidente. Todo un ejemplo.