Amor y odio con Disney

Banksy, el grafitero más célebre del mundo, parodia «disneylandia» con un lúgubre parque temático

Amor y odio con Disney reuters

luis ventoso

Banksy , el grafitero más famoso y bien pagado del mundo , cuya identidad es un protegido enigma, ha animado el casi inexistente verano inglés abriendo su propio parque temático, una parodia mordaz del universo Disney , salpicada de cargas de profundidad políticas.

Se llama «Dismaland» , que podría traducirse como «Tristelandia» o «Lugubrelandia», y se define como «el parque del desconcierto». La experiencia durará cinco semanas, hasta el día 23, entrar cuesta solo tres libras y su padre lo define como «una exposición de arte, entretenimiento e iniciación al anarquismo». Lo recomienda para las familias, pero advierte que es «incómodo para los niños».

El deprimente «Dismaland» se ubica en la nada estimulante localidad de Weston-super-Mare, una ciudad costera al Oeste de Inglaterra algo venida a menos, de 70.000 vecinos. En un paraje inhóspito de bloques tristones se levantaba un parque acuático bautizado con el animoso nombre de «Tropicana». Quebró hace quince años. Banksy, que lo había frecuentado de niño, se coló en sus ruinas y tuvo un eureka: montar allí su visión ácida de un parque temático.

El resultado aspira a ser una sacudida irónica. El tobogán de la laguna principal es una furgona policial. En otra charca navega una patera abarrotada. Una escultura representa a la orca saltarina circense… saliendo de un inodoro. La carroza de Cenicienta ha volcado. La linda aspirante yace muerta, descolgada por una ventanilla mientras los paparazis la abrasan a fotos, en evidente alusión al accidente de Lady Di . Tampoco falta un castillo con su gran D. Pero se cae a trozos. Los empleados, tocados con las orejitas Mickey, deambulan abatidos por ese inventario de penas.

Pero la sorpresa es que el artista ha salido en defensa de Disney, al que parece unirle una relación de amor-odio. « Yo no soy un hipster, no creo que algo sea el diablo o vacuo solo por ser popular», advierte en una entrevista por mail a la prensa inglesa. «Algunas cosas de Disney son muy buenas. La secuencia “Let it Go”, de Frozen, es cine brillante y su canción de tres minutos es puro oro». El grafitero asegura que su modelo no fueron los parques Disney, sino los montajes navideños que se organizan en los aparcamientos de muchas pequeñas ciudades británicas.

Se sospecha que Banksy, que ha visitado el parque, es un treintañero de Bristol, alto, delgado y rubio, antiguo aprendiz de carnicero y cuyo nombre podría ser Robert Banks. Actúa principalmente en el Reino Unido y Nueva York desde comienzos de los noventa y ha saltado de la marginalidad a los museos. Por algunos de sus murales se ha llegado a pagar dos millones de euros.

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