El Londres más lujoso pone coto al «millonario-topo»
Westminster, Kensington y Chelsea deciden limitar las ampliaciones de casas vía sótanos
Un metro cuadrado vale oro –o más- en algunos barrios de Londres, con unos precios desorbitados. En Westminster, Chelsea o Kensington la situación es tan anómala que la Agencia Nacional del Crimen acaba de relacionar el alza del ladrillo con que el hecho de que Londres se ha convertido en destino de blanqueo para señores del crimen , que lavan su dinero en el sector inmobiliario inglés a través de compañías tapadera radicadas en paraísos fiscales. El primer ministro Cameron ha reconocido el problema y anuncia medidas para desenmarañar los entramados y desvelar quién es el dueño último de las propiedades.
Si cada metro vale una fortuna, una forma sencilla de aumentar el valor de tu inversión era cavando , ampliando la vivienda con enormes sótanos, que a veces incluso acogen piscinas, salas de cine y gimnasios. Son las llamadas en el sector «casas iceberg» , con más habitaciones bajo tierra que sobre la calle. Son fruto de obras muy trabajosas y largas, que se acometen además en edificios de época, casi siempre victorianos, muchas veces adosados a otros, que sufren con frecuencia grietas y siempre meses de ruidos. Algunos vecinos protestan desde hace años contra esa práctica en los concejos de sus barrios y parece que el «millonario topo» ha entrado en vías de extinción en el Londres VIP .
Entre quienes han creado una nueva mansión en el subsuelo se suele citar a Roman Abramovich , el magnate ruso dueño del Chelsea, la actriz Nicole Kidman o el compositor Lloyd-Weber . A veces incluso los sótanos han creado conflictos entre famosos. Jimmy Page, el guitarrista de Led Zeppelin, logró detener los intentos de su vecino Robin Williams de horadar en la mansión que adquirió en Holland Park. Page alegó, con éxito, que las obras de Williams, que quería ganar espacio para una piscina, un salón de juegos y un estudio de grabación, dañaban su vivienda, protegida por patrimonio.
El pasado diciembre, el burgo de Kensington y Chelsea ganó una batalla legal para limitar el alcance de las excavaciones . Su argumento fue que «durante años los vecinos han soportado el sufrimiento de ruidos, vibraciones, polvo y el tráfico de los vehículos con materiales de construcción». Westminster, otra de las zonas de élite, ha seguido su ejemplo y acaba de anunciar que también pondrá coto a los sótanos e impondrá normas de planeamiento que obliguen a contar con una licencia para hacer las obras. Solo se podrán hacer sótanos de una habitación , que no podrán superar el área del 50% del solar.
Algunos afortunados han hecho su obra justo al borde de la campana. Es el caso de Kirsty Bertarelli, ex Miss Reino Unido , y multimillonaria tras su matrimonio con el propietario de una farmacéutica suiza. Logró colar su sótano en marzo, que duplica la extensión de su casa de Belgravia , para indignación de una de sus vecinas, la veteranísima actriz Joan Collins, que echa pestes en «The Times» contra los millonarios-topo: « Es indignante que esa gente cave para poner piscinas y boleras cuando luego solo viven aquí dos o tres meses al año».
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