Los Thyssen, vacaciones juntos pero no revueltos
Carmen y Borja Thyssen se han reencontrado este fin de semana en Ibiza
El 35 cumpleaños de Borja Thyssen será una fecha que difícilmente olvidará . Primero porque tanto él como su mujer, Blanca Cuesta, han querido celebrar el aniversario en las playas de Formentera en compañía de sus hijos y con un grupo de buenos amigos . Champán bien frío en la cubitera del chiringuito y pescadito del bueno en los platos. Las aguas cristalinas de la isla balear y el ambiente que ya se vive entre las tumbonas de la playa son motivos más que suficientes para hacer de la estancia un placer. Si a eso se añade el «pequeño» detalle de que a partir de esa fecha Borja ya puede cobrar los cinco millones de dólares (unos 4,5 millones de euros) que le quedaban pendientes de su herencia del barón, pues el día no podía ser más redondo.
Hay que recordar que durante su matrimonio con Carmen Cervera, el barón Heinrich Thyssen-Bornemisza quiso dar sus apellidos a Borja y hacerle partícipe, como un hijo más, de su fortuna tras su muert e. Después de años de contencioso judiciales con sus hijos por el reparto de los bienes, el aristócrata y sus descendientes llegaron al llamado «pacto de Basilea» y pusieron la paz que el industrial y coleccionista alemán necesitaba para poder morir tranquilo. De esas reuniones y esos acuerdos salió también la orden de que Borja heredera su parte en distintas «entregas», siendo la última precisamente la que coincidiera con su 35 cumpleaños.
Se entiende por tanto que brindaran por la fecha y que disfrutaran de unas vacaciones en Ibiza , donde siguen tras pasar unos días en Andorra. Precisamente en el Principado es donde Borja tiene ahora su residencia fiscal y la obligatoriedad de pasar la mitad del año fuera de España. Al igual que su madre, prefieren estar alejados de su país antes que atenerse a las condiciones que exige la Hacienda Pública, y más después de las inspecciones que les han realizado. Por eso, aunque en un primer momento la idea de Borja era instalarse con su mujer e hijos en Andorra, al final han optado porque Blanca y los pequeños sigan viviendo en Madrid, en su casa de La Finca de Pozuelo, mientras Borja tiene que pasar temporadas alejado de los suyos para cumplir con los requisitos.
Madre e hijo
Pero esa no ha sido la única novedad de estas vacaciones. Tan sonada como su reconciliación con su madre ha sido la estancia de la familia al completo a bordo del yate «Matamúa» en Ibiza. Con Manolo Segura y su mujer Paz, la baronesa ha podido reunir este fin de semana a Borja y Blanca y sus nietos con sus mellizas . De momento no hay fotos de ese encuentro, pero nadie duda de que ya se ha producido puesto que Tita ha querido que las niñas la acompañaran en estos días de mar a bordo del barco.
Las mellizas, Carmen y Sabina, fueron las grandes ausentes en el bautizo de Kala Thyssen , la pequeña de Borja y Blanca, y nadie entendió la excusa de que estaban con exámenes y no podían acompañarles. Quizá este verano sirva para que las niñas puedan pasar más tiempo con su hermano mayor y con sus sobrinos.
A la espera de un reportaje gráfico que reúna a todos los Thyssen por primera vez en siete años (sería una gran exclusiva), los cercanos a la familia aseguran que la relación cada vez es «más fluida» y que este verano ha sido «definitivo» para que las pocas aristas que aún quedaban por limar se hayan suavizado del todo. Sin duda, un cumpleaños muy diferente para Borja, y con más alegrías que penas en la vida de los Thyssen.
Noticias relacionadas