entrevista

Joaquín Cortés: «Soy un monumento andante, pero en España no me dan mi sitio»

El popular bailarín no ha pasado por sus mejores momentos, tras años de peleas judiciales. Ahora por fin respira tranquilo, pero quiere irse del país

Joaquín Cortés: «Soy un monumento andante, pero en España no me dan mi sitio» abc

beatriz cortázar

Los últimos años no han sido precisamente fáciles para el bailarín Joaquín Cortés (46 años). Afectado por una complicada situación económica e inmerso en una sucesión de juicios, se mantuvo lejos del foco mediático durante meses. Ahora, superados los escollos judiciales (quedó absuelto de un delito continuado de estafa y otro de administración desleal), se ha sumado a un rally solidario que congrega a famosos y periodistas, y que ha discurrido por tierras andaluzas. Cortés concede a ABC la primera entrevista en mucho tiempo .

Cuando dijeron que usted pasaría varios días con periodistas, me extrañó mucho. ¿Por qué tiene esa relación tan distante con la prensa?

—Aquí la prensa me ha machacado. Soy uno de los pocos artistas españoles reconocidos en el mundo. Desde el año 2009 mi legado artístico es reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Soy un monumento andante, pero en España no me dan mi sitio.

—¿Por quién se siente incomprendido? ¿Por la crítica, el público…?

—El público no me ha fallado. El último espectáculo que hice, un año atrás, tuvo una gran acogida. Lo que no entiendo es que fuera me estén homenajeando o me codee con los presidentes de otros países y aquí nada de nada. Me da mucha rabia que uno tenga que morir para que le pongan un monumento, como le ha pasado a Paco de Lucía . En Estados Unidos eso no sucede jamás, allí a sus grandes los cuidan y engrandecen. Pero a mí me han intentado hundir de mil maneras.

—Como artista no creo que le cuestionen. Usted se refiere a otros aspectos de su vida, personales o empresariales. Ha sido titular de polémicas que, supongo, no le agradaban, como cuando le reclamaron una demanda de paternidad, o los líos judiciales que ha tenido con unos empresarios argentinos, sin olvidar sus problemas con Hacienda.

—De mí han hablado en televisión personas que no me conocen de nada y han dicho barbaridades: que iba a entrar en la cárcel, que era un delincuente… He ganado todos los juicios, jamás he pisado la cárcel. Y el problema con Hacienda no era conmigo, sino con unas sociedades; además, ya está solucionado. Yo no era culpable de ninguna de las cosas por las que me demandaron y la Justicia me ha dado la razón.

—¿Y por qué respondía con el silencio?

—En vez de salir llorando a defenderme, me he dedicado a trabajar y demostrar quién soy cuando me subo a un escenario. No me gusta hacer un circo mediático. Llevo 34 años como artista y me gusta la discreción.

—Supongo se habrá gastado una fortuna en abogados...

—En España, la Justicia es demasiado lenta. No es tanto el gasto en abogados si la recompensa es demostrar que soy honesto y honrado. No permito que me tachen de delincuente, porque no lo soy. Además, yo jamás me meto con nadie, entre otras cosas porque casi nunca estoy aquí.

—¿Por qué vende su casa de la madrileña plaza de Tirso de Molina?

—Porque me quiero ir a Estados Unidos, donde me tratan mejor que aquí. Como siempre. Allí me piden que abra escuelas, cosa que en mi país no lo hacen. Lo lógico sería que me lo ofreciera el Ministerio de Cultura, ya que en los libros figuro como uno de los mejores diez bailarines de la historia.

—¿Cree que los últimos cambios políticos le beneficiarán?

—No, yo seguiré igual. Me alegro, porque los cambios son necesarios, porque la clase media cada vez está peor. Con esto no quiero decir que apoye a ningún partido.

—Por cierto, se le ve muy feliz con su nueva pareja sentimental, la bailarina Mónica Moreno. ¿Dejará de ser el eterno soltero?

—Digamos que estoy tranquilo. Es bueno tener una estabilidad, pero no se trata de instalarse en la soltería , sino de que la relación cuaje. Esto es como la búsqueda del tesoro.

—¿Se plantea formar una familia?

—Como gitano, soy muy familiar y me encantan los niños. Uno de mis sueños por cumplir es el ser padre.

—¿Bailará hasta que el cuerpo aguante?

—No creo. Con mi fortaleza podría estar más años, pero no es esa mi idea. Sé que será muy duro bajarme de los escenarios, porque mi sitio está allá arriba. Pero lo haré, no sé si dentro de un año o de tres. Tengo 46 años y, aunque físicamente no me quejo, no quiero estar bailando a los 60 años.

—¿Tiene necesidad económica de seguir bailando? ¿Puede vivir tranquilo tras 34 años de trabajo?

—No me quejo de mi situación. Durante un tiempo he sido como la gallina de huevos de oro y por eso me han robado y estafado mucho. Pero, repito, me considero un hombre muy afortunado porque he tenido una vida maravillosa.

—¿Qué siente cuando anuncian a Curro de Candela como «el nuevo Joaquín Cortés»?

—Hace mucho que no lo veo bailar. Estuvo como meritorio en un cuadro mío años atrás. Creo que cada uno debe tener su sello y personalidad. Hay que ser diferente al resto y escribir tu propia historia, como yo he creado la mía. Por eso estoy en contra de las imitaciones, pero repito que hace mucho que no le veo bailar y no sé qué es lo que está haciendo.

—¿Qué ha sido lo más duro de su vida?

—La muerte de mi madre. Hubo un antes y un después en mi vida.

—¿Si pudiera cambiar algo?

—Soy un privilegiado y eso se lo agradezco a Dios. A mis 46 años he vivido más de tres o cuatro vidas. Lo único que deseo es salud.

Joaquín Cortés: «Soy un monumento andante, pero en España no me dan mi sitio»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación