María Entrecanales: «No hace falta irse muy lejos para ayudar a los niños más desfavorecidos»
La presidenta de Balia explica a ABC los objetivos de la fundación
María Entrecanales . Empresaria polifacética, consejera de diferentes entidades , madre de cuatro hijos, amante del arte y presidenta de la Fundación Balia por la Infancia , cargo que hoy la trae a estas páginas y del que, no lo dudo, se siente más orgullosa . Una mujer imponente, inteligente, divertida , con las cosas claras. Hoy sí puedo escribir sin atisbo de duda -ni de envidia, lo que es más difícil- que la belleza exterior es un claro reflejo de la belleza interior. Porque María, la generosidad en su estado más puro, decidió un día dejar su trabajo como abogado para volcarse en los que más lo necesitaban y junto a Ana Varela y Teresa Rodríguez Hervás -dos mujeres con las que compartía la vocación de ayudar a los demás- creó hace quince años la fundación Balia, en la que trabajan con niños y jóvenes con riesgo de exclusión social. «Ante el aumento de la inmigración y la constancia de que cada día eran más los pequeños -nacionales o no- que pasaban mucho tiempo solos, decidimos crear un espacio donde aprendieran a convivir sin excluir », explica María. Así nació esta organización que, como ella misma confiesa, no es asistencial, sino que tiene un claro enfoque de prevención . «Nuestro deseo claro es que estos chicos consigan su éxito académico y personal».
Entonces nos interrumpen un grupo de niños de diferente origen que anuncian con sus voces que nos encontramos en un espacio del que son protagonistas . Te llegan al corazón y sus sonrisas te enseñan que la felicidad existe. A pesar de las duras condiciones en las que viven y ser parte de ese espantoso número de niños (2.306.000) que viven en España bajo el umbral de la pobreza. Pero están en su otra casa. La que les acoge todas las tardes para que a la vuelta del cole tengan un lugar donde aprender y estar con otros niños. A consecuencia de la crisis, muchas familias tienen que sobrevivir con 250 euros al mes. Cuesta hasta escribirlo. A mí, al menos, se me cae la pluma de vergüenza . «Al principio solo teníamos este centro y 30 niños . Éramos cinco personas que no teníamos ni idea, pero sí mucha ilusión y muy claros los objetivos a dónde queríamos llegar. Le dimos el alma que era necesario pero nos profesionalizamos como si fuéramos una gran empresa en un momento en que las ONGs pequeñas no estaban profesionalizadas». Confiesa sin pudor, como tiene que ser, que gracias a su apellido tuvo acceso al mundo empresarial que les apoyó y les posicionó en un momento muy bueno. Pero como siempre en todo, los contactos sirven, pero si no funcionas no hay nada que hacer. Y estas tres mujeres convirtieron Balia en una gran ONG que cuenta con más de cien empleados, atiende anualmente a 4.900 personas y no ceja en su empeño de hacer de esta sociedad un mundo mejor desde la educación. «En España hay un problema grave acentuado de manera dramática con la crisis. Uno de cada tres menores vive en situación de pobreza . Nosotros vemos los rasgos externos (ropa, condición física) pero aparte están los psicológicos, los emocionales, producto de su forma de vida que afecta a la autoestima, el comportamiento o los sentimientos. En Balia consideramos que la educación desde que eres pequeño es fundamental y hay que reforzarles desde el principio y acompañarles académica y emocionalmente».
Pero esto no es todo. Sigue y me cuenta. Cómo han crecido hasta llegar a dividir su trabajo en la infancia , con centros como éste y colegios públicos donde sus educadores van todas las tardes y se ocupan de ellos; en los jóvenes , a los que apoyan con los estudios y que hagan por lo menos la ESO, además de ofrecerles un espacio para que desarrollen sus habilidades a través del baloncesto o el baile. «Es impresionante la cantidad de jóvenes que tienen malos hábitos , y a través del baile canalizan todos sus energías y se transforman. Y en el baloncesto. ¡Es el tercer año consecutivo que ganamos la liga madrileña!»
Además tienen un proyecto de apoyo en los Institutos en los que los educadores se ocupan de los « expulsados » y, paralelamente, han montado unas aulas digitales físicas donde también ofrecen actividades para los mayores , como los de formación y alfabetización digital, o el de «conecta joven, conecta mayores» en los que formamos a los jóvenes y ellos enseñan a los mayores. Y paro. Porque no cabe. Pero entiendo, de sobra, la premisa con la que sentaron las bases de su fundación. « No hace falta irse muy lejos para ayudar a los niños más desfavorecidos ».