Úrsula Corberó: «Soy bastante descarada, no tengo vergüenza»
Teleseries históricas, comedia, empresaria en el sector de la moda... A esta actriz catalana no hay terreno que se le resista
Úrsula Corberó (Barcelona, 1989) está de moda, no solo por su reciente noviazgo con el modelo Andrés Velencoso , sino porque desde que salió de las series de televisión, no ha parado de hacer cine. Y sigue y sigue, y no para. Acaba de estrenar «Cómo sobrevivir a una despedida» , se ha metido a tope en el mundo de la moda e incluso regenta una tienda que lleva su madre. Está en un cohete y no para.
-Viene de estrenar «Cómo sobrevivir a una despedida», que parece una experiencia muy loca.
-La verdad es que me divertí mucho haciéndola. Incluso en la prueba del «casting» me lo pasé fenomenal, lo que es raro porque el mundo de las pruebas... estás ahí delante de una cámara, te están examinando. Es algo bastante cruel. Siempre lo he dicho: que te evalúen por hacer una prueba de cinco minutos no es muy normal. Sin embargo, en este caso fue muy divertido. Salí de allí con mucho subidón, lo disfruté y eso se transmitió en la cámara.
-En la película se radiografía lo que se ha dado en llamar la «generación perdida».
-Sí, mi personaje es de la clase de chicas a las que nos han inculcado, desde que éramos pequeñas, que había que estudiar mucho, que luego recogerás; y actualmente, lo de recoger, nada de nada. Así que reflejamos un momento de frustración.
-Últimamente hay mucha comedia en el cine español. Se supone que es más necesario por lo que vivimos.
-Sí, bueno, en este caso es una comedia loca, pero de chicas. Hasta ahora se filmaban fiestas de chicos, pero es el momento de decir que nosotras también podemos ser muy peligrosas. La gente tiene muchos problemas y tiene ganas de reírse, por eso las comedias funcionan tan bien. El cine está carísimo, las cosas como son, y ya que pagan ese dinero, quieren pasarlo bien.
-Lo que más llama la atención al ver su biografía es que no ha parado desde que salió a la luz. ¿No le parece raro?
-Pues sí que es raro, me parece algo muy fuerte. Pero yo soy consciente de que el factor suerte también influye. Creo que se trata de estar en el momento adecuado. Además, aquí se le da mucho valor no solo al talento, sino a la disciplina a la hora de trabajar. En ese aspecto, yo no sólo soy muy observadora y curiosa, sino que también me gusta el mundo del rodaje en sí mismo. Todo lo que hay detrás de las cámaras, luces, montaje... Por eso aporto ganas.
-Y también cuenta que tenga tanto desparpajo.
-Sí, eso dicen (se ríe). Soy bastante descarada y no tengo mucha vergüenza. Soy muy extrovertida, me gusta conocer gente. Es algo que me gusta mucho de mi trabajo.
-Parece que está tan interesada en el mundo de la moda.
-Tengo una tienda en Claudio Coello, en Madrid. Mi madre está allí de encargada, pero yo hago la selección de todos los productos, de la ropa, los cinturones, los bolsos... De pequeña ya me gustaba. Mi madre me cuenta que pasaba delante de los escaparates y me quedaba mirando vestidos y me volvía loca. Es algo muy de afición. No soy experta en moda y lo que hago es dejarme llevar un poquito por mis gustos y ser fiel a mí misma.
-¿Qué clase de ropa le gusta?
-Se ha dicho que era estilo hippy, pero más que eso es un punto un poco bohemio, hippy chic, pero abarca muchos estilos y, lo que es más importante, abarca todos los precios.
Dice que es más de tele que de cine, porque empezó con la «caja tonta» y a su ritmo rápido y frenético le va más. Pero «una vez que he hecho cine, no sé. Es estupendo. Lo que tengo que hacer es administrar mi energía, porque llevo muy mal los parones».
Ahora está rodando «Ancla 2», una serie de Telecinco , una comedia sobre un crucero junto a Joaquín Reyes, Rossy de Palma y un reparto coral muy importante. Asegura que se está divirtiendo mucho y sobre las vacaciones... ¿qué es eso?, se pregunta: «Yo pienso en lo que voy a hacer mañana e incluso en lo que voy a hacer cuando acabe de hablar contigo. Las vacaciones cuando tengan que llegar, llegarán».
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