Juncal Rivero: «A los siete años me nombraron la futura promesa de la poesía castellana»

La modelo Juncal Rivero (Valladolid, 1966) acudió ayer al hotel Santo Mauro de la lujosa calle Zurbano en Madrid para dar a conocer «Class Room», su último proyecto. La presentadora ofrece sus dotes de estilista a las mujeres que buscan un traje de novia. «Quería hacer algo que fuera mío. Pensé en las novias porque es un día muy especial para ellas y porque siempre tienen muy claro lo que quieren, pero a veces se rodean de familiares o amigos que solo les dicen lo guapas que están», comentaba Rivero. De esta forma, las jóvenes casaderas pueden pagar 650 euros por un servicio que incluye los desplazamientos sobre un Jaguar que conduce un chofer. «Se me ocurrió que podía ser un día inolvidable para ellas, en el que se sintieran como princesas», comentó.

Un trato que tiene algunas ventajas como «descuentos en tiendas multimarca y, sobre todo, un trato preferente, que hoy en día ya es complicado». Aunque asegura que acompañar a una novia no le hace recordar las dos veces que ha dado el «sí, quiero», porque cada boda es diferente y ella «había desfilado muchas veces vestida de novia». Con este proyecto, la modelo solo tiene un objetivo, «que cuando termine el día, la novia se lo haya pasado muy bien».

A la pregunta sobre si se imagina llevando su proyecto a la televisión en forma de «reality», la modelo asegura que «puede ser una consecuencia de», pero en principio solo quiere que su proyecto funcione. De todo lo que ha hecho hasta ahora en el mundo del espectáculo, le tentaría «muchísimo decir que sí al teatro», un género que «engancha». Y es que, Rivero, tiene muy presentes en su día a día la poesía, la literatura o el ballet, su profesión frustrada . «La primera vez que salí en un periódico fue con siete años, en El Norte de Castilla, como la futura promesa de la poesía castellana», contó Rivero mientras reía al recordarlo. Y aseguró risueña y bromista: «Hablaba mucho de la naturaleza porque mi madre me llevaba mucho al campo y pensaba que era un horror escribir sobre amor, hasta que llega una etapa en la que solo escribes de eso». Y, hablando de relaciones, Rivero comentó que «siempre» ha sido «muy discreta» y ha llegado a cancelar comidas con algún amigo por miedo a que la emparejasen con él.

De su etapa como modelo recuerda sus épocas en París y Nueva York, «cuando no había ninguna modelo española que hiciera Alta Costura ». Entre las anécdotas, recuerda la noche en que Rainiero de Mónaco le sirvió «un Té» y le dijo cómo tenía que echarle «miel y azucarillos» para curar su afonía.

Aunque no tenía mucha relación con su compañera de profesión María Pineda, sí que la recuerda después de su muerte: «No teníamos mucha relación. Lo único que recuerdo fue un viaje a Puerto Rico. Ella siempre estaba llena de vitalidad. Lo que más me acercó a ella fue la enfermedad de Carla Duval, cuando las dos se fueron a Alemania a recibir un tratamiento. Cuando no es alguien que está cerca y que no la ves en el día a día, no te haces a la idea de que no está. A mí me dicen que mañana escribe en Twitter y me lo creo».