Madoff intentó «robarle» la novia al camello que le abastecía de marihuana

Un nuevo libro saca a la luz el triángulo amoroso entre el estafador, un narcotraficante y una modelo reconvertida en analista financiera

Madoff intentó «robarle» la novia al camello que le abastecía de marihuana ap

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Con una condena de 150 años en la prisión de máxima seguridad de Butner, sus dos hijo muertos (Mark, el mayor, se suicidó en diciembre de 2010; Andrew, el pequeño, murió víctima del cáncer, en septiembre de 2014) y en la más absoluta soledad y ostracismo (su esposa, Ruth, se autoexilió en Old Greenwich, Connecticut, donde lleva una existencia austera), Bernard Madoff sigue dando titulares de prensa.

El último tiene que ver con un libro llamado « The Ganja Godfather» , de Toby Rogers, donde se cuenta que Bernie Madoff, el mayor estafador de la historia, también era un adicto a la marihuana. Además, intentó «levantarle» la novia a su camello, Silvio Eboli. Al parecer, y según Rogers, Madoff y Eboli se conocieron en una fiesta de Navidad, el al año 1997, celebrada en el Montauk Yacht Club. La primera vez que le vio, el traficante estaba hablando con Mark, el hijo mayor de Madoff. Por aquel entonces, los Madoff estaban en la cima de su poder económico y social.

Eboli se convirtió en distribuidor de marihuana del financiero, «aunque sus relaciones eran tensas por el interés que ambos tenían en una misma mujer». Leah, una modelo israelí que Madoff había contratado como analista de bolsa y que comenzó a salir con Silvio, según el libro. «Bernie presionaba muchísimo a Leah para que se acostara con él y se convirtiera en su amante, ofreciéndole cualquier cosa si ella accedía». El traficante decidió no enfrentarse a Madoff, pero advirtió en su entorno que si se pasaba de la raya le causaría «serias lesiones».

En 2001, Leah quedó embarazada de Eboli y Madoff estalló: le llamó a su oficina y, entre gritos, le preguntó: «¿Qué estás haciendo con el jodido rey hippy? Podrías tener todo el oro del mundo, podrías tenerme a mí, un apartamento, coche, chófer... ¡Pero tiras todo por la borda con el jodido rey hippy¡».

Con dos hijos en común, la analista y el camello acaban de separarse, «aunque lo están haciendo de manera amistosa por el bien de sus (dos) hijas», cuenta el autor del libro, Toby Rogers. Por cierto, Silvio Eboli, el camello del preso Bernard Madoff, sigue en la calle y con su negocio en marcha.

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