Una fortuna por el vestido azul de la «señorita Escarlata»

El sábado, un coleccionista puso a la venta 135 piezas de «Lo que el viento se llevó»

Una fortuna por el vestido azul de la «señorita Escarlata» heritage

MARÍA ESTEVEZ

«Aunque tenga que matar, engañar o robar, a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre», clamaba con rabia y determinaciónEscarlata O’Hara en «Lo que el viento se llevó» (1939), de Victor Fleming. Desde luego, la caprichosa y manipuladora señorita Escarlata podría haberse ahorrado muchas penurias sin tener que delinquir: le bastaba con poner a la venta parte de su extenso vestuario, formado, más allá de sombreros, chales, guantes o sombrillas, por unos 35 opulentos vestidos, así como sus enaguas, corsés y miriñaques.

La impresionante colección había sido obra del diseñador de vestuario Walter Plunkett, lo que le valió una candidatura al Oscar. La película , al final, recogió 9 de los 13 premios a los que optaba.

Un vestido azul y negro de doble falda y con bordados en mangas, cuello y escote, y que a Vivien Leigh, alter ego de Escarlata, le quedaba como un guante, fue vendido el pasado sábado por 137.000 dólares (126.750 euros) en una subasta celebrada en California. El vestido en cuestión aparece en cuatro escenas fundamentales de la película : mientras Escarlata da órdenes para acomodar a Ashley Wilkes (Leslie Howard) en la casa; cuando se encuentra Rhett Butler (Clark Gable) en una tienda y este exclama «¡Qué mujer»; cuando es atacada en Shanty Town y, más tarde, cuando se queda en casa mientras que su segundo marido Frank Kennedy (Carroll Nye) decide tomar algún tipo de represalias contra los agresores de su esposa. Escarlata se casó tres veces y enviudó en dos ocasiones.

En todas esas secuencias ahora enumeradas, la tela del vestido se muestra de un intenso azul celeste. La pieza que acaba de ser subastada, sin embargo, ha devenido en un tono grisáceo propio del paso del tiempo. Al menos, sus hechuras, bordados negros, apliques, botones, cierres, forro en seda gris... siguen intactos.

Buscador de tesoros

Esta emblemática pieza ha sido una de entre los 150 artículos de la película que la firma Heritage sacó a la venta en Beverly Hills. Los artículos formaban parte de la colección privada de James Tumblin, conocido maquillador de los estudios Universal, donde trabajó durante largos años.

Tumblin comenzó hace décadas a coleccionar trajes y accesorios de «Lo que el viento se llevó» , una película que, además de sus numerosos premios Oscar, marcó un antes y después en la cinema tografía con respecto al color. La colección de Tumblin todavía es amplia, ya que conserva cerca de 300.000 piezas.

La historia de cómo el vestido azul de Escarlata O’Hara llegó a manos del maquillador es insólita. Durante una visita a la compañía Western Costume, Tumblin vio la prenda tirada en el suelo. Imaginaba que acabaría en un cubo de basura, así que negoció su compra por un precio irrisorio: 20 dólares. «Tumblin entregó su vida y todos sus esfuerzos a que no se olvide la producción de esta película , mostrando las piezas que se hicieron ex profeso para ella por todos los Estados Unidos», explicó Kathleen Guzman, directora de Heritage en Nueva York, en un comunicado.

Una costosa pamela

Otros artículos de Tumbling también alcanzaron grandes cifras en la subasta del pasado sábado. Por ejemplo, el impresionante sombrero de paja y ala ancha que tan graciosamente coronaba la cabeza de Leigh; fue vendido por 52.500 dólares (48.569 euros). Los pantalones y la chaqueta del traje que Clark Gable llevó en su papel de Rhett Butler en el mismo filme, por 55.000 dólares (50.882 euros); y un sombrero negro que lucieron tanto Leigh como Olivia de Havilland (la dulce y paciente Melania Hamilton), que alcanzó los nada desdeñables 30.000 dólares (27.754 euros).

Otras piezas subastadas son un uniforme de soldado confederado usado por Ashley Wilkes (Leslie Howard) y el vestidito de terciopelo azul que tenía la pequeña Bonnie Blue Butler, la hija de Rhett y Scarlett, el día en que muere al caer de su pony. El fallecimiento de la cría es la puntilla a una relación entre un pícaro indomable y una mujer de caracter voluble y explosivo. Al final, ella acaba abandonada y preguntándose que será de su vida: «Francamente, querida, eso no me importa». Una sentencia tan simbólica como todo el vestuario de la señorita Escarlata.

Una fortuna por el vestido azul de la «señorita Escarlata»

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