Dani Alves: «Mis compañeros del Barça no saben comer»
El jugador de futbol cambia las botas y el balón por el delantal al presentar un proyecto culinario
Dani Alves, a diferencia de algunos de sus compañeros, no piensa solo en fútbol. Se considera un sibarita, asegura que sus aficiones fuera de la cancha son la moda y la cocina. El jugador afirma que en París sus intereses no son deportivos. Explica que estuvo ahí por la Semana de la Moda, no para firmar ningún contrato con el PSG. Y en cuanto a la cocina, acaba de presentar Barcelona Fogo, un proyecto gastronómico de la mano de su cocinero personal y amigo Joao Alcantara .
El joven chef es diabético e inició su carrera en la cocina cuando le diagnosticaron la enfermedad a los 22 años. Dejó los estudios de Marketing y desde entonces se dedica a crear platos saludables; por eso los atletas aprecian mucho su cocina. Alves le conoció hace unos años, cuando trabajaba como cocinero del exjugador brasileño del Barça Maxwell (antes hizo un «stage» en el restaurante Gresca de Barcelona). Le gustó tanto su sazón que lo invitó a trabajar para él, cocinando en su casa. «Me gusta hacer equipo dentro de la cancha, pero para la comida me gusta que me hagan algo personalizado, pensando en mí», confiesa. «Mis compañeros (del Barça) no saben comer», dice sin cortarse. Sobre los platos de Joao, Alves no tiene sino elogios: «Me transportan a Brasil». «Después de un tiempo -añade- pensé que era injusto tener su cocina solo para mí», y por eso surgió Fogo.
El concepto imita a otros, que han cuajado muy bien en el país carioca, de cenas «pop-up» itinerantes (se hará una cada mes en distintas sedes: Barcelona, Madrid, Rio de Janeiro, Girona...) Además, también ofrecen caterings y cenas a domicilio. «Para mi gusto, a la gastronomía de aquí le falta sabor, creemos que podemos aportarlo, ser una alternativa -comenta-. Queremos buscar la excelencia a nivel de sabor». No estará en la cancha, pero Alves habla como si estuviera dentro de ella. Ahí aprendió el español. El jugador brasileño lleva 12 años en España. Llegó primero al Sevilla y finalmente aterrizó en el Barça. «En este tiempo me he dado cuenta que no existe un concepto gastronómico brasileño en España», explica.
«Queremos dar pasos firmes, ir poco a poco; la poca expectativa que se tenga del proyecto, porque yo soy un futbolista, nos ayuda», agrega en términos «futboleros». «Los elogios debilitan, es positivo que nos subestimen», subraya. «Vivo pensando en el hoy, mañana siempre será hoy», comenta sobre sus planes a futuro, en la ciudad de la Luz, donde se especula con su fichaje por el PSG, o en Barcelona. «Estoy enamorado de Barcelona, la ciudad», subraya pertinentemente. Si su carrera lo llevara a otras latitudes, volvería aquí a retirarse . No es su único proyecto a futuro: «hemos pensado hacer nuestro vino», confiesa. Y a la pregunta de si será mejor que el de Iniesta, contesta tajante, «Sí».