El «Calypso» del capitán Cousteau podría salvarse del desguace y anclar en Mónaco
El Príncipe Alberto, a través de su fundación, negocia para llevarse el mítico buque al puerto de Montecarlo
Desde principios de año, Alberto II de Mónaco, a través de su fundación, está negociando con la Sociedad Cousteau para adquirir el patrimonio científico y educativo del famoso divulgador y oceanógrafo francés, que consiste en películas , libros, fotos y, sobre todo, el buque «Calypso». Las negociaciones se estaban llevando con la máxima discreción entre representantes del Soberano monegasco y de la asociación presidida por Francine Cousteau, la segunda esposa de Jacques-Yves Cousteau.
Sin embargo, cuando hace unos días se supo que la nave sería subastada, saltaron todas las alarmas. Ayer el diario «Monaco-Matin» hacía públicas las negociaciones, tal vez en un intento de paralizar la venta del «Calypso» y que pase a otras manos.
El legendario buque de investigación del capitán Cousteau, que surcó los mares de todo el planeta desde 1957 hasta 1988, languidece desde hace ocho años en Concarneau (Bretaña). Los astilleros Piriou, donde la nave se encuentra varada y derrumbándose, anunciaron el viernes 13 de marzo que el lunes siguiente se haría entrega a la Sociedad Cousteau de un mandato judicial para «vender en subasta» el «Calypso», según informó «Niza-Matin» . El anuncio se produjo un día después de la fecha límite fijada por la justicia para el desguace de la nave.
Después de una larga y amarga batalla legal, en particular debido al dinero necesario para devolver al barco su antiguo esplendor, un Tribunal de Apelación Rennes había emitido, con fecha de 9 de diciembre, una orden a la Sociedad Cousteau para mover el «Calypso» del astillero antes 12 de marzo de 2015, así como pagar a Piriou cerca de 300.000 euros en concepto de mantenimiento. «La familia Cousteau no tomó medidas concretas y significativas» para evitar esa situación, explicaron fuentes de la compañía en un comunicado después de la fecha límite. «Vamos a tomar medidas legales para hallar la mejor solución que nos permita recuperar el dinero que se nos debe y liberar espacio, aunque con la esperanza de dar al "Calypso" un destino a la altura de su leyenda», explicó Pascal Piriou, director general de la empresa.
En respuesta al anuncio de subasta, la Sociedad Cousteau envió el mismo viernes un correo electrónico a la agencia AFP con el que mostraban su confianza de que se hallará «un futuro positivo para el "Calypso". Nada malo va a pasarle al barco», insistió. Al parecer, según la familia del oceanógrafo y divulgador, el «Calypso» no está tan mal como se ha asegurado y «muchos de los elementos históricos y herrajes también están protegidos en nuestras instalaciones».
Construido como dragaminas en 1942 en Estados Unidos, naufragó en Singapur en enero de 1996, un año antes de la muerte de Jacques-Yves Cousteau. Entonces comenzó una larga y lenta agonía, trufada de pleitos y deudas. El barco desde el que se denunciaron «saqueos y violaciones de los mares, debido a una concepción errónea del progreso», había surcado mares y océanos durante más de 40 años. En su día, el propio Cousteaou dijo que «prefiero verlo hundido con honores que transformado en museo». Su deseo será en vano: o es demolido o acaba siendo una atracción en los dominios de los Grimaldi.