El corte «garçon» de Lalla Meryem revoluciona el mundo árabe
El nuevo estilismo de la hermana del Rey de Marruecos moderniza la imagen y el rol de la mujer magrebí en el mundo
Un bob -o melena francesa- es un corte de pelo a la altura de la mandíbula que se puso de moda en los años 20. Se originó en la Primera Guerra Mundial, cuando las enfermeras lo adoptaron por razones de higiene. Pero fueron las flappers, las mujeres más modernas, entre las que se encontraban Coco Chanel, las que lo pusieron de moda . Las flappers eran poco convencionales para la época, salían por la noche, fumaban, bebían, conducían, asistían a fiestas «libertinas» y utilizaban faldas cortas, pantalones y sombreros peculiares.
La Princesa Lalla Meryem, hermana mayor del Rey de Marruecos, ha adoptado este corte de pelo -y por tanto todo lo que ello significa- en su reciente visita a París. Y París se ha rendido a sus pies. Buena cosa, ya que ha ido de telonera de su hermano, que posteriormente se entrevistó con Hollande, tras meses de relaciones franco-marroquís con cajas destempladas.
Nacida accidentalmente en Roma en 1962, Lalla Meryem fue el primer fruto del matrimonio de Hassan II con Lalla Latifa. Para el que se pregunte por qué todas se llaman Lalla, explicamos que se trata de un prefijo bereber que supone un título de distinción y respeto dado a las señoras de familias importantes del norte de África. Sus hermanas son, de hecho, Lalla Asma -igual que su cuñada- y Lalla Hasna.
Divorciada y liberal
Tras finalizar su formación escolar, Lalla Meryem comenzó discretamente a colaborar en trabajos sociales, proyectos de la Unesco y Unicef, así como en actividades benéficas. Se casó con el muy atractivo y exitoso Fuad Filalli, hijo de un antiguo primer ministro y personaje carismático y polémico. Tras años de discreción, siempre mantuvo una atuendo típicamente marroquí, exceptuando sus viajes de incógnito a Francia y España. Recientemente, con unos kilos de más y atuendos cada vez más conservadores, posaba con sus hijos, Lalla Soukaina Filali y Moulay Idris Filali.
Lalla Meryem, divorciada desde 1999 y con su hija estudiando la carrera universitaria en París, ha decidido ponerse el mundo por montera y hacer una avanzadilla diplomática en el país galo. Ya desde hace meses se estaba sometiendo a una estricta cura de adelgazamiento que le ha hecho perder casi veinte kilos. El mismo estilo de vestidos y túnicas le queda radicalmente distinto con esta nueva y rejuvenecida silueta. Su maquillaje, más moderno y exagerado, también ha sido parte de este cambio.
Pero el aspecto que más a seducido e impresionado de su nuevo estilismo ha sido su cabellera corta, con un estilo de bob años 20, algo poco habitual en la mujer marroquí, más dada a largas melenas, trenzas, recogidos y eventualmente, velos. Es cierto que en Marruecos no imperan las mismas exigencias en cuanto a velos que dominan Arabia Saudita y son frecuentes aunque dulcificados en los Emiratos Árabes. El Reino Alauita es más relajado en estas lides. Como muestra, sería impensable ver a la ex Jequesa de Qatar, la atractiva Mozah bint Nasser, sin el cabello cubierto por un velo o turbante, por mucha ropa de Dior, Versace o Chanel que utilice.
Del mismo modo, las reinas jordanas han sido siempre modernas y occidentales en el vestir. Pero como si de un tabú se tratase, nunca se han atrevido a exhibir cortes de pelo revolucionarios. Tanto Noor como Rania lucen una melena clásica, cada una a su estilo. Y es que en el mundo árabe, la cabeza y el cabello tienen una importancia primordial , muy por delante de la vestimenta o el calzado.
Meryem se ha presentado en París para reconquistar la ciudad de la moda. Si, como dicen, su mayor objetivo es hacer evolucionar la imagen y el rol de la mujer magrebí en el mundo, la Princesa Lalla Meryem ha tomado un primer paso de gigante.
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