Noa: «Es hora de una nueva revolución francesa en contra de los fanatismos»
La cantante israelí publica «Love Medicine», un disco luminoso para tiempos oscuros
No se trata solo de tener una bonita voz, sino de conseguir que ésta transmita emociones. Las cuerdas vocales de la cantante israelí Achinoam Nini, conocida como Noa, poseen ese don: son capaces de hacer viajar al oyente hasta el centro mismo de los sentimientos que inspiran la melodía que esté interpretando, ya lo haga en inglés o en hebreo. Pero también es una mujer que no ha dudado en expresar su opinión cuando lo ha estimado oportuno desde una tierra que vive en permanente conflicto, incluso provocando agrias polémicas en su constante denuncia de los fanatismos. Por eso, en su visita a España para promocionar su nuevo disco, «Love Medicine», resulta pertinente su opinión respecto a los atentados ocurridos la pasada semana en París.
–¿Qué se le pasó por la cabeza cuando vio por televisión las imágenes de los yihadistas entrando a sangre y fuego en la redacción de una revista y en las calles parisinas?
–Por supuesto que ha resultado un gran shock, pero tal vez no tanto visto el mundo que vivimos hoy. Cada día cientos o miles de personas son asesinadas o mueren en países en desarrollo, y casi nadie se da cuenta o a nadie le importa. Esto de ahora ha sucedido en el corazón de Europa, y la repercusión ha sido mucho más grande. Pero es verdad que es una buena oportunidad, y así lo escribí en un post en Facebook, para una nueva revolución francesa contra todo tipo de fanatismos, vengan de cristianos o de musulmanes o de budistas o de ateos, vengan de quien vengan. Es una oportunidad para caminar en positivo, para luchar contra todos los que están santificando la muerte en contra de la vida. Pero, ojo, ninguna nación tiene el monopolio de hacer este trabajo, es una responsabilidad que nos concierne a todos. Cada uno, como ciudadanos, decidimos lo que tenemos que hacer y cómo asumimos nuestra propia responsabilidad.
–Lo malo es que ocurra lo contrario, que genere más violencia...
–Por supuesto que es el problema potencial. Puede traer más xenofobia, más radicalismo. Esto es algo que alimenta a los fascismos en sus argumentos, les nutre. Por eso es paticularmente importante unirse y elevar la voz, porque muchas veces las voces de los más moderados no se escuchan lo suficiente.
–Precisamente su disco, «Love Medicine», es especialmente luminoso, con canciones como «Happy song», «Eternity and beauty», «Love love love» o «Shalom» (paz). ¿Pensó que era necesario en estos tiempos?
–Estamos en un momento en el que es necesario traer algo de luz a este mundo, sí, pero siempre lo es.
–La canción «Little Star» está dedicada al Holocausto, un tema que trata por primera vez. ¿Cómo surgió?
–Esta canción nació como parte del proyecto de un disco sobre Juan Pablo II, a quien conocí, porque canté muchas veces para él. Era una de esas personas que le dan a uno un ímpetu para descubrir cosas sobre uno mismo y sobre los demás. El proyecto no llegó a su fin, pero sí es un ejemplo de cómo ciertas situaciones pueden llevarte a sitios inesperados. Haciendo este trabajo descubrí que el Papa había vivido de cerca, en Polonia, los campos de concentración nazis, y que hizo muchísimo tratando de salvar vidas. Decidí escribir la canción desde el punto de vista de un niño, con referencias a melodías de cuna anglosajonas, como una manera muy efectiva de hacer llegar el mensaje de este horror al público. Estoy muy orgullosa de haber podido escribir esta pieza poética en referencia al Holocausto.
–¿Fue duro?
–Más bien un reto. Pero me gustan los retos.
–En el disco colabora Joaquín Sabina, en «You-tú». ¿Cómo le conoció y cómo surgió la química entre ambos?
–Ocurrió hace tres años, en Israel. Desde el primer momento surgió una química muy fuerte entre los dos. Luego me invitó a su casa en Madrid, y como resultado de esa visita, que además fue altamente inspiradora, conocí su casa, su gran biblioteca, sus cuadros... Me refiero también a los del propio Sabina como pintor. Entonces se me ocurrió escribir una canción para él, que por suerte le gustó muchísimo, y no solo le gustó, sino que la recreó a su manera. Así que la hemos grabado en español y en inglés. Desde entonces hemos mantenido la amistad, y estoy muy orgullosa de poderle llamar mi amigo. Vino a Israel cuando le invité a cantar conmigo, y él me correspondió invitándome a Argentina.
–En el álbum hay también parada especial en la música brasileña. ¿Por qué tantos cantantes acaban cayendo en sus redes?
–Porque es maravillosa. Es así de simple. Es imposible no adorar esta música, complicada y emocional al mismo tiempo. ¡Tiene tantas cosas a las que agarrarse para encontrar la inspiración!