EL PULSO DEL PLANETA

Enero, el mes de ponerse a palo seco en el Reino Unido

Organizaciones contra el cáncer y el alcoholismo promueven un «enero seco» en Gran Bretaña, donde la bebida es una «pandemia», según el Parlamento

Enero, el mes de ponerse a palo seco en el Reino Unido AFP

LUIS VENTOSO

La relación de los británicos con el alcohol es íntima y desaforada. Bebercio desde primeras horas y copas de vino hasta en el cine . La pinta (medio litro de cerveza) como medida social estándar y un festival de alcohol en los supermercados. En la City de Londres, manadas de machos alfa encorbatados salen a desfogar cada día con bolingones rápidos a la japonesa. El problema es tan serio que es objeto de una comisión parlamentaria de todos los partidos, que hablan sin ambages de «pandemia nacional». Según el Parlamento, la bebida le cuesta cada año al país 26.000 millones de euros, 14.000 de ellos en juicios y acción policial. El alcohol aparece en más de la mitad de los crímenes violentos.

La Navidad ha vuelto a resultar trepidante para los hígados y llega la hora de ponerse a palo seco. La onegé Alcohol Concern y Cancer Research UK han lanzado sendas campañas que animan a pasar el mes sin tocar el vaso. La fundación pública contra el cáncer recuerda que la enfermedad es más común entre los bebedores y que cada año se registran 1,2 millones de ingresos hospitalarios por el alcohol. Su iniciativa se llama «Dryatlon» –juego de palabras entre la palabra inglesa «seco» y maratón– y han firmado 50.000 personas. Por su parte «Enero Seco», la campaña de Alcohol Concern, ha sumado por ahora 40.000 adeptos, el doble que el año pasado.

Promesa electoral

La moda del enero seco ha recibido un apologista inesperado, uno de los más célebres sopladores ingleses, Nigel Farage, líder del populista UKIP, el hombre que en una reciente entrevista con ABC alardeaba de que « no conozco a nadie que haya bebido tanto rioja como yo ». Farage reconoce que no ha sido «nada virtuoso» esta Navidad y promete mantenerse abstemio todo el mes. Los apostantes no le creen. Según la casa Ladbrokes, se registra un seis a cuatro a que sucumbirá. El político asegura que ha sido algo «totalmente improvisado». «Simplemente un día me desperté y me dije: ‘‘¿Sabes una cosa? No me apetece una copa’’». También ha anunciado que se pone a secar Mel C, una de las Spice Girls.

Para ayudar a superar la morriña de una buena pinta se recalcan los beneficios de dejarlo: se duerme mejor, se pierde peso y se ahorra mucho dinero. Cancer Research ofrece en red una calculadora para saber lo que se evitan tu bolsillo y tus michelines. Por ejemplo: dos pintas y seis vasos de vino a la semana suponen 133 libras (170 euros) y 10.629 calorías. La institución médica no pide que se deje de beber, sino que se disfrute «con responsabilidad y moderación».

Método prometedor

El «enero seco» también tiene sus detractores. Curiosamente no del sector bebedor, sino del clínico. Algunos médicos creen que lleva al engaño de pensar que por parar un mes ya está el problema arreglado, cuando la del hígado es una carrera a largo plazo. En Reino Unido las enfermedades hepáticas en menores de 30 años se han duplicado en dos décadas. Pero según un estudio de la Universidad de Sussex, seis meses después del «Dryatlon» tres cuartas partes de los participantes habían reducido su ingesta y el 25% se volvieron abstemios. «Tras un mes sin beber los hábitos cambian, se rompen inercias como tener que beber algo cada día al salir del trabajo», resume Jackie Ballard, de Alcohol Concern.

Para dejarlo con éxito se recomienda contarlo a los amigos y buscar aficiones alejadas del ambiente de una copa.

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