Carmen Tello niega que Alfonso Diez exija dinero y casa a los Alba
El viudo de Doña Cayetana abandona esta semana la Casa de las Dueñas, donde vivió con su esposa
Esta semana el duque viudo de Alba abandona definitivamente el Casa de las Dueñas donde vivió con su esposa Cayetana hasta su muerte. Ha repartido entre los amigos las gallinas que durante este tiempo cuidó personalmente, está ordenando la colección de cd de cine que por las tardes solían ver los dos en una de las salitas (la duquesa tenía debilidad por Lana Turner y Bette Davis) y recoge sus últimas pertenencias para viajar a Madrid donde tiene su piso de soltero además de su familia. En Sevilla deja además de muchos recuerdos a sus amigos de estos últimos siete años que eran los incondicionales de la duquesa. Por eso ayer comió con algunos de ellos en un restaurante habitual de Cayetana donde pudieron recordar tantos momentos juntos. A la vista de lo que se ha publicado estos días y los comentarios que aseguran que Diez estaría haciendo chantaje a los hijos de Cayetana exigiéndoles una pensión de 6.000 euros y un piso fue la propia Carmen Tello, la íntima de la duquesa y madrina de su boda, quien aclara que «es absolutamente falso que Alfonso esté pidiendo nada». También fuentes cercanas a los hijos de la duquesa y al propio Diez me niegan esas exigencias.
Lo que sí es verdad tal y como publiqué en su momento es que en los últimos tiempos Cayetana había repetido que el día que faltara quería que Alfonso tuviera una pensión (no superior a los 3.000 euros) para vivir sin agobios. Lo repitió delante de los amigos e incluso se comenta que está escrito en unas cartas que dejó y que tendría el propio Alfonso. «Pero una cosa es respetar las últimas voluntades y otra exigir algo a cambio de no dar escándalos», me dice una persona cercana a Diez.
Como ya se ha comentado días atrás el viudo y los hijos se reunieron para conocer el último testamento de lo que Cayetana aún conservaba a pesar de haber repartido el 98 por ciento de su herencia en vida entre sus seis hijos. «Quedaba muy poco, algunos cuadros pero nada de gran importancia», dice un familiar. En ese testamento la duquesa tiene gestos de generosidad con algunos empleados que han trabajado a su lado y reparte casi todo entre los hijos. Curiosamente pide que su hijo Fernando tenga siempre una habitación para él en los palacios de Liria, Dueñas y Salamanca y a algunos les sorprenderá saber que no deja ningún recuerdo para sus amigas.
En cuanto a la situación de Alfonso aunque renunció a todo hay cosas irrenunciables como su derecho de viudo a tener el 26 por ciento del tercio del usufructo que tenía su esposa. «Ni Alfonso ni nadie en su nombre han pedido nada», me insisten. El viudo guarda silencio, regresa a su casa y comenta a su gente que no quiere líos ni problemas con nadie y eso que hay abogados que aseguran que si quisiera batallar hasta podría impugnar el testamento que se hizo en vida alegando que su mujer firmó todo presionada para poder casarse. «Pero sería una batalla que no corresponde con el talante de Alfonso, un hombre que huye de polémicas y sólo quiere vivir tranquilo», insisten.
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