Jennifer Aniston: «Estoy en mi mejor momento, lo digo con toda humildad»
Tras años de desamor y de encasillamiento en la comedia, la exmujer de Brad Pitt por fin se siente reconocida
A la novia de América se le heló la sonrisa el 6 de enero de 2005, cuando se anunció el final de su «hermoso y complicado» matrimonio –según ella misma lo definió meses después– con Brad Pitt (50 años). La abandonaba por Angelina Jolie (39)y superarlo le costó muchas horas de terapia. Si Jennifer Aniston (45) gana el Globo de Oro a la mejor actriz dramática por «Cake» ( película que también produce), si además opta al Oscar, como se apunta en Hollywood ; si finalmente Justin Theroux (43), su novio desde 2011, la lleva al altar, habrá cerrado un ciclo marcado por la traición de su exmarido. Este es su momento.
Aniston, que ya obtuvo un Globo de Oro en 2003 por su papel de Rachel en la telecomedia «Friends», ha dejado atrás su vida en California y se ha instalado en Nueva York, donde su prometido rueda la serie de HBO «The Leftovers». Antes, en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles , el mismo lugar donde dentro de un mes se celebrará la gala de los Globos de Oro, tuvimos oportunidad de hablar con ella sobre su gran año.
–¿Cómo se siente cuando por fin ha podido demostrar de lo que es capaz?
–Agradecida y feliz. Deseaba tanto que me dieran la oportunidad de cambiar de registro y de ser aceptada... Estoy en mi mejor momento, lo digo con toda humildad.
–Está siendo reconocida por su primer papel verdaderamente dramático, pero a usted la marca de la comedia no se la quita nadie...
–Existe una idea preconcebida de mí y mucha gente espera algo que no puedo dar, porque la realidad es que me parezco poco a los personajes que interpreto. Pero de eso se trata mi carrera. Soy actriz , tengo acceso a muchos personajes locos que viven en mi cabeza y a los que de vez en cuando les doy la oportunidad de escapar.
–Además de esa mujer que sufre dolor crónico en «Cake», próximamente la veremos encarnando a una dentista adicta al sexo en «Cómo acabar sin tu jefe 2». ¿No es chocante para la eterna novia de América?
–No, al contrario. Me entusiasmó la idea de interpretar a una mujer que es todo lo contrario de lo que yo soy y, sin embargo, de vez en cuando habita en mí (risas).
–¿En qué sentido?
–Como ella, disfruto con mis pantalones y mis chaquetas de piel, pero a la doctora Julia le gustan los accesorios grandes. Lleva un collar que al mismo tiempo es un anillo para penes. A mí esos accesorios me parecen muy grandes (bromea). En fin, es elegante. Le copiaría su vestuario, pero jamás su comportamiento
–¿Sufre en el dentista?
–Me adoran en la consulta de mi dentista. La ultima vez que fui a hacerme una limpieza me fije mucho en sus herramientas y en la inquietante expresión de sus ojos. Por cierto, el gas que utilizan para sedar (óxido nitroso, el gas de la risa) me parece un elemento fetichista de lo más curioso.
–¿Qué herramienta le facilita su vis cómica?
–La desesperación es maravillosa. Cuando tienes algo que perder, uno se mete en situaciones tan comprometidas que provocan la carcajada.
–¿Es la comedia más exigente que el drama?
–Necesita ritmo, tiempo.... La comedia es difícil, pero lo más importante es interpretarla desde la honestidad, desde un lugar genuino.
–¿El humor es algo innato o se puede aprender?
–No sé si puede aprender o enseñar... El humor es una exageración de la realidad y hay que tener credibilidad para hacer reír. No hay nada más básico y creíble que el payaso con la nariz roja y sus flores.
–¿Cómo se siente ante una inminente nominación al Oscar?
–Más que halagada. Es increíble para mí encontrarme en esta posición con una película tan pequeña como «Cake», en la que todo el equipo ha trabajado tan duro. No puedo pedir más.
–Y, además, con esta cinta se estrena como productora...
–Sí, creo que es la progresión natural dentro de está industria. Como artista quieres involucrarte en el proceso creativo más allá de tu papel como intérprete bajo un contrato. Con los años aprendes y con la experiencia en tu mochila resulta sencillo convertirse en productora. Me gusta construir una familia cinematográfica desde la base, formando un equipo desde los cimientos.
–¿Qué le mantiene en forma?
–Dormir, es mi gran secreto. Duermo muy bien, hago ejercicio, me pongo mis inyecciones de B12... También es importante no mirar hacia el futuro, no vivir permanentemente deseando algo que se encuentra más allá. Yo estoy ahora contigo en esta habitación y estoy aquí presente con el cuerpo, con el pensamiento y con el deseo. No pienso las cosas demasiado. Lo único que me preocupa es, antes de subir a un avión, saber si podré dormir. Me gusta vivir en el presente y, de vez en cuando, ¡tomarme un dry martini!
–¿Qué momentos reserva para su prometido, Justin Theroux?
–Los domingos por la noche vemos religiosamente «The Leftovers» en la televisión. Y a veces hasta repetimos durante la semana (risas).
