La irremediable debilidad de la «izquierda black» por el marisco
El análisis de los cargos de las tarjetas revela patrones de consumo. Pobre hedonismo en la izquierda y escasísimos cargos noctámbulos
Igual que muchas noches se aclaran repasando los cargos de la tarjeta, el análisis de las «blacks» permite averiguar patrones de consumo. Gran parte se iba en eso que Veblen llamaba el derroche ostensible. Pero hay diferenciasnotables. No es lo mismo el Ritz de Blesa que el Bar Chupi de Iranzo.
Mi favorito es José Acosta. El histórico de la FSM tuiteaba hace poco: «Excalibur ya es un mártir como el Toro de la Vega y el elefante de Bostsuana». Debió añadir el langostino de sus pitanzas . El cargo inaugural de su tarjeta fue, cómo no, una mariscada. Hubo diecinueve y luego una fidelidad asombrosa a Casa Manolo y al Errota Zar, junto al Congreso. Allí fue en 128 ocasiones. Sus mariscadas promedio eran de 230 euros. La mariscada siempre es colectiva.
En el izquierdista de Cajamadrid se advierte un hedonismo muy pobretón. Cruz Orive, de IU, gastó 229.750 euros, pero 668 cargos los hizo sin salir de Moratalaz: en La Taberna Chana y el Asador Cruz Nevada. Moreno Frías, de CC.OO, gastó miles de euros en el aparcamiento de la Plaza Mayor y el colmo de la torpeza lo tiene el socialista Jorge Gómez. Pagó 300 aburridos taxis durante dos años, pero luego dejó aparecer un cargo de 370 euros en Amnesia.
En lo de la torpeza destaca el liberal (pero humano) Iranzo, que con la lencería del Women’s Secret se está llevando la palma del reproche puritano. Es el único con cargos noctívagos. Alguna simpática copa en el Gayarre y una serie de cargos sobre las dos de la madrugada en Snobi S. En Internet aparece una Snobi SA cuyo SIC es «Pensiones y Casas de Huéspedes». Y existe la conocida Disco Snobissimo. No se sabe qué será y eran cargos pequeños, ¿pero por qué es peor una copa que arrasar en El Corte Inglés? Un porcentaje abrumador se fundió allí, refugiado en el poco objetable gasto familiar. Otro foco eran las navidades. Ferraz Ricarte exprimía la tarjeta llegado diciembre: 25.000 llegó a sacar en el 2007. A otros les iba el veraneo: el Chiringuito Los Tonis aparecen entre los cargos. Estos reproches se los ahorra Moral Santín, marxista confeso que tiraba del cajero. Como si fuera una compulsión, acabó sacando 600 euros cada cuatro días. El cajero ya le saludaba con la voz femenina de las gasolineras. Nostalgia de la Beauty nos entra al ver su primer cargo: ¡Un Tony Roma’s! Pero hay un Moral Santín de derechas. Ricardo Morado, que sacaba de 3.000 en 3.000 dos veces al mes. Antes de refinar la técnica dejó un cargo que permite hacerse una idea de sus gustos: 6.800 sólo en una joyería.
El perfil del consumo apolíneo es Spottorno. Decoración, libros, restaurantes, viajes y una acusada afición a la informática. Y luego el asunto de Bewell, «spa orgánico» que ofrece «hospitalidad oriental» y masajes filipinos por veinte euros. Si un filipino se hace a cuatro manos, con un cargo de 280 ¿cuántas manos le pueden recorrer a uno?
Entre ellas, destaca Carmen Contreras, de la Obra Social. La pasión de esta mujer por la moda española era casi regia. Schlesser, Purificación García, Verino, 232 cargos en Zara y más de 4.000 euros en zapaterías. La Imelda Marcos de Cajamadrid. La socialista María Enedina Álvarez, sin embargo, compraba en Gocco, Síntesis, Trucco y se dejaba mil en el Decathlon-Alcorcón. Otro nivel. Pero los ojos se nos van a Rato. Más que los 3.547,19 euros en «Bebidas alcohólicas» o los cortes de pelo según el método Rossano Ferretti, inquietan los misteriosos y muy pequeños cargos en Instrumentos Musicales. ¿Castañuelas, triángulos, silbatos? La tarjeta la utilizaba también para escapadas. Como ese delicioso fin de semana en el pirineo aragonés que puede recrearse (un consuelo) leyendo los cargos uno a uno. La pausa en la gasolinera, la fonda, el yantar y la vuelta con parada en la farmacia. Entre los cargos respiran muchas novelas, y dos preguntas: ¿Qué harían con los sueldos A? ¿Cuándo trabajaban?
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