Pacharán, la bebida digestiva que «sanó» a una Reina navarra
A pesar de que está a punto de cumplirse 600 de su constancia documental, no se comercializó hasta hace menos de 60 años
En estas fechas de octubre no es extraño ver en los caminos de Navarra a ciudadanos observando las matas que los rodean en busca un fruto redondo, de pequeño tamaño y un atractivo color morado, casi negro. Están buscando endrinas, pacharanes o arañones, que de las tres formas se llaman.
Y es que, el pacharán, ante todo, es una bebida casera. Son muchos los hogares navarros que realizan su propio pacharán. Es la tradición.
Esta bebida se conoce desde la Edad Media, sin embargo, no se comienza a industrializar y comercializar hasta hace apenas unas décadas. Fue en el año 1956 cuando Ambrosio Velasco, cuya familia se dedicaba a la destilación de licores en la localidad navarra de Viana, se le ocurrió que esa bebida ancestral que llevaba siglos en los hogares navarros podía tener éxito en el resto de España. Le puso el nombre comercial de Zoco. Posteriormente, dado el éxito, surgieron nuevas empresas que se dedicaron a su elaboración y hoy ya son numerosas las marcas de pacharan que se pueden adquirir en las licorerías, tiendas y supermercados. En 1988 se creó el Consejo Regulador del Pacharán Navarro.
Pero el pacharán era conocido en Navarra «de toda la vida». De hecho, está a punto de cumplirse el 600 aniversario de la primera constancia documentada de su existencia. Fue en 1415, en la boda de Gonofre de Navarra, hijo del rey Carlos III de Navarra. Tras el banquete se sirvió tan deliciosa bebida, ideal para rebajar las comidas opulentas. Porque si por algo se caracteriza el pacharán es por sus beneficios digestivos. De hecho, la reina Blanca de Navarra hizo llevar esta bebida en 1441 hasta el monasterio de Santa María de Nieva, en Segovia, para calmar sus dolores estomacales.
La sencilla elaboración de esta bebida de intenso color rojo con destellos y que provoca unos sorbos frescos, anisados que recuerdan a las frutas silvestres y que sólo requiere de endrinas, destilado anisado (que no es lo mismo que el anís) y azúcar, más lo que cada uno le quiera añadir para dar pequeños toques de sabor, hizo que cada casa elaborase su propio pacharán, normalmente con fines curativos.
El desarrollo del comercio hizo que el pacharán comenzara a adquirir relevancia a finales del siglo XIX en las regiones cercanas a Navarra como País Vasco, La Rioja o Aragón. También en el sur de Francia, los pueblos pirenaicos comenzaron a conocer esta bebida.
Pero no fue hasta 1956 cuando comenzó a comercializarse y su sabor se extendió por toda España. Y hoy en día es una bebida sumamente conocida en cualquier mesa, ideal para rebajar las grandes comilonas, pero también para endulzar esas sobremesas donde las risas y el buen humor están presentes.