Los Reyes y el invitado de la cresta rosa

La sociedad balear más plural estaba representada en la recepción de Don Felipe y Doña Letizia

Los Reyes y el invitado de la cresta rosa EFE

ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

Las cinco islas baleares caben en el Palacio de La Almudaina. Eso es lo que demostraron los Reyes el pasado miércoles. Obviamente, el más de un millón de personas que viven en el archipiélago no acudieron a la recepción, pero sí sus representantes. Entre los 390 invitados, había uno que llamaba la atención por su cresta rosa. Era Alejandro Gómez Saiz, al que todos llaman “Jan”, presidente de Ben Amics, la asociación de gais, lesbianas y transexuales de las Islas Baleares.

Alejandro acudió con un abanico arco-iris, que esa calurosa noche se convirtió en uno de los objetos más codiciados, y lo exhibió ante los tres Reyes. Doña Sofía le devolvió una cariñosa sonrisa que desmontaba -si es que, a estas alturas, a alguien le quedaba alguna duda- las falsedades que le atribuyó hace ya seis años Pilar Urbano.

Pero lo más curioso es que Jan coincidió en La Almudaina con el presidente del Instituto de Política Familiar de Baleares, Agustín, Agustín Buades, quien el pasado junio denunció ante la Delegación del Gobierno que la bandera gay se colgara de la fachada del Ayuntamiento de Palma de Mallorca. Bajo el amparo de la Corona, ambos estuvieron charlando un rato.

La imagen que transmitían es reflejo de lo que ocurre en las recepciones de los Reyes, que propician el encuentro y el diálogo entre personas muy diferentes y que probablemente no han cruzado palabra en su vida. La Corona no sólo es instrumento de cohesión territorial; también de acercamiento entre los españoles que piensan de forma diferente.

Pero la estrella de la noche, aparte de los tres Reyes, fue el cocinero Andreu Genestra, de 31 años, que sorprendió a todos con sus espectaculares canapés. Genestra ha hecho con la cocina lo mismo que Don Felipe con la Monarquía: mezclar modernidad y tradición. Pero a Genestra, que en 16 años ha pasado de fregar ollas en un hotel de sol y playa a ganar una estrella Michelín y un Sol de Repsol, a base de talento, trabajo y formación, no sólo se le felicitó por la exquisitez de sus platos, sino también por el buen ambiente y la motivación que transmite a su equipo, integrado por jóvenes cocineros y personas en riesgo de exclusión social.

Afortunadamente, Don Felipe no siguió la recomendación de la presidenta del Parlamento balear , Xelo Huertas, de Podemos, quien le llegó a pedir que suspendiera el cóctel. Porque la recepción del miércoles supuso una oportunidad para promocionar la gastronomía mallorquina que también es “Marca España”.

Los Reyes y el invitado de la cresta rosa

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