Belleza
El regreso de la pastilla de jabón para la limpieza de la piel
La cosmética sólida se impone como una opción más sostenible
El sector de la belleza es uno de los más concienciados con la protección del medio ambiente y, en concreto, con la reducción de los plásticos. A los envases rellenables , reutilizables y reciclables, se ha unido otra tendencia imparable: la cosmética sólida . Esto ha supuesto el regreso de la pastilla de jabón , un producto tradicional, con siglos de historia, que había quedado prácticamente relegado por las fórmulas líquidas. La mayor conciencia medioambiental junto a la tendencia de la vuelta de lo tradicional en los rituales de belleza ha convertido a las pastillas de jabón en un valor en alza.
Ventajas de las pastillas de jabón
Usar pastillas de jabón tiene diversas ventajas para el medio ambiente. Para su elaboración se utiliza menos agua que en el caso del jabón en formato líquido. Además, las fórmulas de los jabones sólidos suelen ser biodegradables , y por lo tanto no tienen un impacto negativo en el planeta. Y sus envoltorios, en general, están libres de plásticos , siendo así más amigables con el medio ambiente. Por otra parte, el jabón sólido tiene una mayor duración , resultando más económico, ocupa poco espacio y es práctico para viajar.
Inconvenientes
La doctora Marta Bandini, dermatóloga de la Clínica Dermatológica Internacional , apunta a que las pastillas de jabón pueden «acumular gérmenes , restos de suciedad y residuos en su superficie si no se conservan adecuadamente». Para evitar la proliferación bacteriana, el farmacéutico Eduardo Senante, titular de la Farmacia Senante de Zaragoza, aconseja « secar siempre la pastilla con una toalla o muselina después de su uso. Como lugar para guardarla apuesto por contenedores con rejillas de drenaje . Es importante mantener dicho contenedor con la pastilla en una zona del baño lejos de salpicaduras de agua y de vapores de agua. Lo que no se debe hacer es dejarla dentro de la zona propiamente de ducha o de baño, puesto que entonces la humedad campará a sus anchas y hará de las suyas».
Además de las bacterias, la doctora Bandini señala otros inconvenientes como «la menor cosmeticidad y la menor variabilidad en cuanto a diversificación de productos que satisfagan las necesidades de cada usuario».
Cuál elegir
Dermatólogos y farmacéuticos advierten de que no vale cualquier pastilla de jabón para limpiar la piel, ni siquiera aunque sean 'naturales'. «Lo más importante es escoger un producto de calidad, que respete la piel y, en caso de padecer algún trastorno cutáneo, hay que dejarse asesorar por un dermatólogo o farmacéutico», recomienda la dermatóloga Marta Bandini. En la misma línea, el farmacéutico Eduardo Senante explica que hay que fijarse en la formulación y en los ingredientes del jabón. «Es recomendable buscar una pastilla tipo syndet (abreviatura de synthetic detergent) con un ph lo más cercano a 5.5 y cuyos ingredientes permitan la limpieza de la piel, pero manteniendo la barrera cutánea lo más íntegra posible. Las pastillas de jabón tradicionales , igual que un jabón líquido tradicional, resultan poco recomendables porque ambos eliminan la suciedad de la piel, pero también los aceites naturales de la misma y su barrera protectora , dando como resultado una piel tersa y limpia, pero que, a corto/medio plazo, acabará convirtiéndose en una piel seca, rugosa, tirante y completamente desprotegida».
Que el jabón sea natural, vegano o ecológico tampoco es sinónimo de que sea un producto adecuado para todo el mundo. «Lo 'natural' no necesariamente equivale a 'bueno'; muchas personas desarrollan alergias, irritaciones, intolerancias precisamente a lo 'natural' (plantas, compuestos como bálsamos, glicerina, etc…). Por eso se debe escoger el producto que más se ajuste a las necesidades de cada piel», apunta la doctora Bandini.
Es importante, además, elegir una pastilla de jabón adaptada al uso que se le vaya a dar: limpieza de la piel del cuerpo, higiene facial (según el tipo de piel: grasa, mixta, seca o normal) o cabello.
Cómo usar las pastillas de jabón
La pastilla de jabón se puede usar de dos formas: frotándola directamente sobre la piel húmeda o humedeciendo la pastilla y generando la espuma con las manos para aplicarla después sobre la piel, previamente húmeda también. La doctora Marta Bandini recuerda que «es importante evitar el uso de esponjas , donde la humedad y los restos de piel, jabón y otros residuos son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de bacterias y hongos».
Jabón de Alepo, de Castilla y de Marsella, la vuelta de los clásicos
Con el regreso de la pastilla de jabón para la limpieza de la piel, han vuelto también los jabones clásicos como el jabón de Alepo. Se tienen referencias históricas desde el año 800 a.C. y podría ser el precursor del jabón de Castilla. Zhenobya es una marca que continúa elaborando este jabón vegano y 100% natural siguiendo el método tradicional en la ciudad siria de Aleppo, en una de las dos únicas fábricas que sobrevivieron a la guerra civil. Su receta: aceite de oliva, aceite de laurel e hidróxido de sodio . El jabón de Aleppo Zhenobya, se elabora a mano, y se puede emplear en la higiene del rostro, cuerpo y cabello, y como espuma de afeitar.
Otro de los jabones más antiguos es el jabón de Castilla que surgió en la Corona de Castilla y se elaboraba con aceite de oliva, agua y sosa. En 1858 la familia Bronner comenzó a comercializarlo en Alemania, haciéndose muy popular. Siete generaciones después, sus descendientes mantienen vivo su legado mediante la empresa californiana Dr. Bronner's , que fabrica, entre otros productos, jabones sólidos de Castilla. Su base es una combinación de aceites de oliva, coco, jojoba y cáñamo, agua y glicerina . Las diferentes variedades (ocho), se crean añadiendo aceites esenciales que aportan su aroma y propiedades. Es ecológico, vegano y de comercio justo. Se puede usar en rostro, cuerpo, manos y cabello.
Y el jabón de Marsella es otro de los clásicos, que toma su nombre de la ciudad francesa donde empezó a fabricarse. En 1688 el rey Luis XVI, mediante el edicto de Colbert, introdujo ciertas regulaciones para limitar el uso del nombre Savon de Marseille a los jabones únicamente fabricados en el área de Marsella, a partir de aceite de oliva. Aunque esta ley sigue vigente, la normativa permite que se empleen otros aceites vegetales para su fabricación. L'Occitane cuenta con una colección de jabones de Marsella que rinde homenaje a este clásico que sirve para lavar las manos, el cuerpo e incluso la ropa. Están elaborados con aceites vegetales, de forma artesanal , con un 95% de ingredientes biodegradables y con el envoltorio reciclable.
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