Nail art, la manicura más barroca triunfa en la calle

Logos, piercings, brillantes, animal print... Las uñas se adornan más allá del esmalte

La cantante Rosalía REUTERS
Teresa de la Cierva

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«Rosalía es un auténtico ‘‘catálogo’’ de uñas de fantasía », cuenta Sofya Kasanova , responsable de los salones Siberia de Madrid, especializados en nail art. Esta profesional cuenta que la mayoría de sus clientas llegan con el recorte de una revista o una imagen en el móvil de la cantante catalana, para que reproduzca en sus manos las excentricidades que luce en sus eventos. Ella, y otras voces del trap como Bad Gyal o La Zowi -por algo se conocen como «uñas de trapera»-, han dado visibilidad a este estilo de manicura que, nos guste o no, se ha hecho un hueco en las calles.

«Otros escaparates muy potentes son Instagram y Pinterest», añade Sofya. Y no nos sorprende. Un paseo rápido por las redes sociales de Dulceida, Sita Abellán, Jessica Goicoechea o Laura Escanes confirma que el nail art se está cargando de animal print, figuras geométricas, pedrería, y hasta logos de lujo. «También Aitana , la cantante que triunfó en OT, es otra fuente de inspiración para un público más joven», aseguran desde Siberia Salón. «Sus uñas holográficas y una manicura lila con estrellas plata que publicó en sus redes se convirtieron en ‘‘top ventas” durante semanas».

Acrílicas para perforar

Y cuando pensábamos que ya habíamos llegado al limite de la excentricidad, nos encontramos a la actriz Blanca Suárez mostrando un piercing en las uñas. «A raíz de aquello tuvimos mucha demanda», confirma Kasanova. «Para colocarlo hay que hacer previamente unas extensiones de uñas ya que pocas personas tienen la uña natural tan larga, y las acrílicas son más duras y resisten mejor la perforación», explica.

¿La petición más excéntrica en su salón? «Unas uñas XXL con esmaltado degradado , glitter y un unicornio en la punta», cuenta. «Cada técnica demandada suma entre 2 y 4 euros a la manicura, y requiere dos horas de trabajo». Pero no todo son estampados carnavalescos. La mayoría de las clientas -entre 30 y 35 años- busca simplemente un lacado de brillo espejo o un acabado metalizado. O técnicas como el paint chip - pintar de un color diferente cada uña -, el accent nail -esmaltar una uña de un color diferente al resto-, el baby booner -degradado de nude al color blanco, que demandan muchas novias- y la nueva versión CND de la «francesa invertida» -la uña de un color y todo el borde de otro-.

La reina de las fiestas

¿Qué nos traerá la Navidad? Como dice Stephani Torres, de los centros Twenty NLB, «la manicura ideal es siempre la que, ligada a cada estación, contribuye a mejorar nuestro estado de ánimo en un sentido positivo». Así pues, es el momento de oros, platas y bronces, toques de purpurina, motivos navideños y, sobre todo, colores degradados y decoraciones con piedras. «Y cuando pasen estas fechas, volveremos a los tonos terracota (avellana, ámbar, canela, madera, mostaza…), porque aportan paz y tranquilidad», apunta Torres.

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