El champú seco, imprescindible en el neceser de la mujer moderna

Lo que parecía ser una leyenda urbana ha probado ser una realidad que podría revolucionar nuestros hábitos de limpieza capilar: el champú seco. En un futuro no muy lejano llevaremos un spray en el bolso y con un golpe de aerosol nuestro pelo se verá radiante y reluciente como si acabáramos de salir de la peluquería.

Algunos de los sprays ya existentes en el mercado permiten rociar un poco las raíces y tras esperar unos minutos se pasa un cepillo de cerdas de jabalí para que el cabello se vea limpio. Con este sencillo proceso el champú seco habrá absorbido totalmente la grasa que se acumula en el pelo.

La ventaja es que se puede utilizar de forma habitual o esporádicamente cuando haya una situación de emergencia y no tengamos tiempo de meternos en la ducha para lavarnos la cabeza con el metodo tradicional. También puede utilizarse antes de acostarse para que al despertar tengas el pelo limpio y puedas salir corriendo y aprovechar unos minutos más en la cama.

Para las mujeres que viajan mucho pueden ser el gran aliado para el avión en los largos vuelos ya que, en tamaños autorizados para porder ser subidos a la aeronave, sirve para refresscar el cabello después de haber pasado varias horas con la cabeza pegada en el respaldo o después de una larga noche pro los aires. También después de una larga jornada de trabajo puede convertirse en el salvador de su melena si después hay que enlazar con una cena o un evento sin tiempo para pasar por casa.

En algunos casos podía dejar una huella como si de polvos de talco se tratase pero se quita con un toque de toalla aunque muchas marcas tienen ya el champú seco con diferentes tonalidades para evitar que vayas con restos de polvos blancos en la cabeza. Batiste, Fructis, Klorane, Tigi, Lush, Kisby o John Frieda son algunas de las marcas que lo han popularizado y que tienen los precios más competitivos, entre 3,5 y 10 euros en su mayoría.