El Marqués de Griñón pasó hasta el último de sus días viviendo la vida a su manera, disfrutando de la tranquilidad y el sosiego que siempre buscó. Carlos Falcó ocupó las páginas del papel couché tras su boda con Isabel Preysler en 1980, pero siempre trató de mantenerse lo más alejado posible de la vida pública. Preysler pasó de una ajetreada vida codeándose con famosos a una tranquila retirada al campo. Fue entonces cuando su vida social comenzó a distanciarse de la de su marido, que no disfrutaba de este tipo de actos en sociedad. En la imagen, de 1985, Isabel Preysler con Carlos Falcó y Miguel Boyer, cuando aún era la esposa del primero. Un año después de su gran enlace llegó al mundo la más conocida de las hijas del marqués de Griñón, Tamara.. Xandra Falcó es la hija más deconocida del Marqués del Griñón (imagen). Fue fruto de su matrimonio con Janinne Girod, con la que se desposó en 1963. Con ella también tuvo a su primogénito, Manuel.. Tras su corto e intenso matrimonio con Preysler, llegó a la vida del Marqués la mujer que tal vez mejor se adaptó a la tranquila vida rural de la que tanto disfrutaba el marqués: Fátima de la Cierva. A pesar de la diferencia de edad -les separaban 22 años- nada les impidió contraer matrimonio en Bayona en el año 1993.. Finalmente, la pareja se trasladó de Valdepusa a la finca El Rincón, mucho más cercana a Madrid, donde nacerían sus dos hijos.. En 1994 llegó a sus vidas Duarte (imagen) y tres años después Aldara, la más pequeña del clan.. En el año 2011, su relación hizo aguas, pero no fue hasta tres años más tarde cuando formalizaron su divorcio. Fue entonces cuando llegó a su vida la última de las mujeres que amó: Esther Doña (imagen), con quien se casó en 2017.. Carlos Falcó disfrutaba enormemente de la compañía de los suyos, incluso por ellas acudía a algún acto social.