ENTREVISTA

Pilar Abel: «Mi madre me dijo que Dalí le preguntaba: '¿Es mi hija, no?', y me tocaba la cabeza»

En una entrevista para ABC, la presunta hija de Dalí asegura que solo pretende averiguar su identidad y niega que se mueva por un interés económico. «Todas las personas tenemos derecho a conocer nuestros orígenes», afirma

Pilar Abel, la presunta hija de Salvador Dalí, durante su entrevista con ABC | Vídeo: Los vecinos de Figueras se pronuncian sobre el caso de Pilar Abel JOSE RAMON LADRA
Marcelino Abad

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«Nada hay más monárquico que una molécula de ADN». Quién le iba a decir a Salvador Dalí que una vez convertido en pasto de los gusanos sería preso de sus palabras. De la doble hélice de Watson y Crick , los descubridores del ácido desoxirribonucleico que tanto obsesionó al genio, y que por primera vez trazó en un paisaje de mariposas casi tan surrealista como la historia que hoy lleva a una vidente de sesentaiún años a reclamar la paternidad de «El gran masturbador».

Pilar Abel Martínez (Gerona, 1956) es Pilar puntos suspensivos. En menos de un mes se conocerá si realmente es hija biológica del maestro del Surrealismo. Entretando espera para utilizar el apellido Dalí, recibe a ABC en un conocido hotel de Madrid. Allí cuenta que nació el 1 de febrero de 1956 fruto de un presunto «affaire» entre el genio ampurdanés y Antonia Martínez de Haro , su madre. Por entonces ella prestaba sus servicios en casa de una familia radicada en Cadaqués (Gerona), el mismo municipio donde el pintor y su esposa Gala habían fijado su domicilio. Unos encuentros que no echaron raíces, pues antes de alumbrar a Pilar su madre dejó el trabajo y volvió a Castellón de Ampurias, donde se casó con Juan, el hombre al que consideraba su padre.

¿Cómo se enteró de que su padre no era quién usted creía?

Tendría seis o siete años cuando me lo dijo mi abuela paterna. Fue justo el año antes del accidente de moto que acabó con su vida. Me dijo: «Sé que no eres hija de mi hijo. Tu padre es Salvador Dalí». En aquellos momentos no le di la importancia que le doy ahora. Conocía a Dalí de verlo en la calle, por la rambla… y lo veía como a una persona normal.

Más tarde me empecé a fijar en que Juan –el marido de su madre- no me trataba como al resto de mis hermanos. Siempre estaba arrinconada, desplazada… Mi vida ha sido vivir en casa de unos y de otros. En todas menos en la de mis padres. Por eso creo que Juan sabía que no era su hija.

Habla de una infancia dura…

Sí, no tuve una infancia fácil. Pero tenía a mi abuela paterna, ella fue la que me crio, también la que me desveló el secreto. Era como mi madre. Aquel hombre hacía de padre pero por los tratos que me daba… Por eso a mis cuatro hijas les he dado todo el cariño del mundo.

Y su madre, ¿qué le decía?

Mi madre me dijo que cuando Dalí la veía por la calle le preguntaba: «¿Es mi hija, no?», y me tocaba la cabeza. Ahora me dice que hay que llegar hasta el final porque esta es una historia de ella y mía.

«Sé que no eres hija de mi hijo. Tu padre es Salvador Dalí»

Siendo niña, ¿se planteó cruzar la calle para dirigirse a Dalí?

Era muy niña. Nunca le dije nada porque me parecía muy bestia acercarme a él y decirle: «Oye, eres mi padre». Si no lo hacía él…

¿Y por qué cree que no lo hizo?

Sus motivos tendría. Gala me hubiera quitado de en medio. Ana María –la hermana de Dalí- no podía verla, ni Gala a ella, por eso le da la espalda. (Se refiere a la pintura «Muchacha en la ventana», 1925)

«Dalí le pagaba 2.000 pesetas por informarle sobre cómo estábamos mi madre y yo»

¿Le guarda rencor por eso?

No le tengo ningún rencor. Ningún resentimiento. Me acabo de enterar por una amiga de la infancia que trabajaba para Dalí que él le pagaba 2.000 pesetas por informarle sobre cómo estábamos mi madre y yo. Un día ella venía a dormir a mi casa y al otro yo iba a la de ella. Éramos íntimas.

Paquita García , que así se llama ella, trabajaba en casa de Dalí de recadera. A través de ella él se mantenía informado. A Paquita tampoco le guardo rencor porque eran tiempos duros y con ese dinero ayudaba a su familia. Pero si lo hubiera sabido antes Dalí no hubiera muerto solo.

¿Dalí ayudó a su madre con su manutención?

No

¿Qué tiene en común con Salvador Dalí?

Su mala leche. Tengo un carácter muy bestia. También sus excentricidades. Hace poco pinté el cuadro de mi vida. Lo hice muy raro, con resina caliente y pinceles. Casi me quemo los dedos. Según dice la gente nos parecemos en la cara, aunque eso yo no lo veo. Y en la creatividad. Creo cosas de donde no las hay. También en lo esotérico. Veo las cosas antes de que se produzcan. Los dos somos personas muy solitarias. Siempre estamos a la retaguardia.

Habla de esoterismo, ¿le dicen algo las cartas de las pruebas de ADN?

Soy parapsicóloga. Se han metido con mi profesión pero me da igual. Nací con un don. Si se determina que soy hija de Dalí será porque tiene que pasar. Yo sé que un día u otro va a salir toda la verdad. Me rijo por las cosas que me dijo mi abuela y las que me contó mi madre. Nunca me he tirado las cartas a mí misma. Eso no serviría.

Si las pruebas de ADN determinan que es hija de Dalí, ¿en quién pensaría?

Primero me alegraría por mi madre y después por mí. Callar bocas es lo de menos, cada uno es libre de pensar lo que quiera.

Lo que está claro es que todas las personas del mundo tenemos derecho a conocer nuestra identidad. La exhumación la ha acordado una juez, digo yo que con base en algún fundamento. Cada día hay miles de demandas de paternidad, ahora que acordar una exhumación como la de Dalí es bastante fuerte.

¿Y si se confirma que no es su padre?

Si sale que no sería la Pilar. Seguiría tirando para delante. Como digo, soy una persona con derecho a conocer mis orígenes, se trate de Salvador Dalí o de un vagabundo.

«Todas las personas tenemos derecho a conocer nuestra identidad»

Hay quienes dicen que solo busca dinero…

Mira qué casualidad que aún no le he preguntado nada a mi abogado sobre la herencia. Voy a por una filiación y después ya se verá, pero te aseguro que por ahora no he ido a por el dinero. En cualquier caso, seguiría trabajando como parapsicóloga porque es mi don. Utilizo la baraja española, que a ti no te dice nada pero a mí me dice mucho.

¿Qué le parecieron las reticencias de la Fundación Gala-Salvador Dalí a que se exhumase el cadáver?

Son los que menos me preocupan. Nunca haría nada al frente de la Fundación porque constituirla fue un deseo de mi padre. Sí les pediría que se disculpasen tanto con la juez como conmigo.

Hasta que salió lo mío, ¿cuánto hacía que no se hablaba de Dalí? De la obra de Picasso se habla todos los días. ¿Qué hace la Fundación? Mucho dicen, pero desde que se hizo la exhumación Dalí ha vuelto a resurgir a nivel mundial. Ahora el museo tiene más visitas que nunca. Paso de sus críticas.

De la obra de Dalí, ¿qué es lo que más le interesa?

No hablan tanto de «El Gran Masturbador», pues si es tan impotente no podría haberlo pintado. A mí me fascina todo, pintura y escultura. Todo.

Se han resucitado las presuntas cartas de amor entre Lorca y Dalí para echar por la borda su testimonio…

Las cartas de amor… Del dicho al hecho hay un trecho. Yo creo que Dalí de homosexual no tenía nada, y si lo hubiera sido, ¿qué? ¿Y si hubiera sido bisexual, qué? ¿O es que no hay homosexuales que tienen hijos?

¿Qué es lo que más le molesta de todo lo que se ha dicho de Dalí?

Lo han tachado de impotente, de homosexual, de onanista, de mirón… ¿Por qué no dicen que era una persona que tenía corazón y sentimientos? Él tenía su mundo de aquí para fuera, pero de aquí para dentro nadie lo conocía. Él tenía sus secretos como los puedo tener yo o cualquiera. Creo que la Fundación no lo ha defendido como se merecía.

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