Fuera de sitio
Quiero ser una gallina ponedora
«A mí la inspiración me la da la pereza, los días perdidos, esas horas muertas en las que lo que quiero contar se va amontonando sin que lo sepa dentro de mí»
![Chumy Chúmez recibio el Premio Mingote.](https://s2.abcstatics.com/media/estilo/2021/04/01/chumy-kV8E--1248x698@abc.jpg)
Tengo una manía, leer entrevistas a escritores. Desde adolescente, cuando leo a alguien, después me paso días buscando todo lo que ha dicho ese autor. Me interesa especialmente que siempre les pregunten por su rutina , como si todos tuvieran que tener una. Como si el ejercicio de escribir no pudiera ser sencillamente un caos.
Por esa vena cotilla sé cómo escribían Hemingway, Cortázar, King... La gran mayoría cuenta eso como si fuera importante. Y supongo que debe de serlo cuando siempre se les pide esos detalles y hay gente como yo que quiere saberlos.
Luego está la inspiración, eso que algunos aseguran que te tiene que pillar trabajando, aunque yo opino que eso no es necesario. A mí la inspiración me la da la pereza, los días perdidos, esas horas muertas en las que lo que quiero contar se va amontonando sin que lo sepa dentro de mí y luego, otro día que parece igual de perezoso, resulta que tengo que hacerlo, ahora sí, ahora sale solo y esa tarde, esa noche o esa mañana deja de ser improductiva porque todo ha germinado mientras yo me sentía culpable por no escribir ni una letra.
Cuento todo esto porque me he acordado de la primera columna que me obsesionó. Yo era una adolescente que vivía en una casa sin libros en la que tampoco se leían periódicos, solo el Sport (cada día, mi padre). No sé cómo, llegué hasta una columna surrealista que contaba la historia de un hombre que había ido a la consulta del médico y en la sala de espera tuvo una epifanía y descubrió que quería ser gallina ponedora. Relataba todo el tedio de la espera con humor fino y al final, te decía: yo quiero vivir al aire libre y feliz como las gallinas ponedoras. Quiero ser una gallina ponedora. Acababa saliendo de la consulta aleteando y cacareando.
Era una columna genial, perfecta y redonda. Y difícil, porque era humor, y nada hay más complicado que el humor . Yo tendría unos 16 años, recuerdo que recorté la columna y la plastifiqué (algo rarísimo en mí, que nunca guardo nada). Muchas veces la he buscado para compartirla pero no consigo encontrarla. Si alguien la tiene, por favor, que me la mande. Se publicó en este diario, ABC, en los 90. Era de Chumy Chúmez . Si yo he acabado escribiendo columnas, creo que fue por él. Yo también quiero ser gallina ponedora.