Toda una vida dedicada al difícil arte de fabricar guitarras

Más de 60 años lleva Juan Luis atado, con gusto, a su oficio. Y le va a costar dejarlo porque entre virutas de madera se ha criado. Porque empezó estudiando, pero pronto ganó la partida lo que veía en el taller cada día, seguir los pasos de su padre. En estos años se ha empeñado en hacer honor a lo que él entiende que debe ser un lutier. Piezas únicas repartidas desde Sevilla, al sur de España, por todo el mundo. De belleza exterior, de sonoridad impecable. Juan Luis acabará las 7 u 8 guitarras que aún tiene por terminar y dirá adiós esperando que alguno de sus nietos retome la pasión y alargue la leyenda de los Cayuela.