Tres ministros socialistas intervinieron en la ley que rebaja las penas a agresores sexuales
La iniciativa partió de Montero pero Campo, Marlaska e Iceta participaron en la 'cocina' del texto

El PSOE intenta aplicar la táctica del control de daños y señala al Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero tras las primeras rebajas de penas a condenados por delitos sexuales en vigor de la ley del 'solo sí es sí'. Sin embargo, el ... texto lleva también el sello socialista, ya que tres ministros de este ala del Gobierno intervinieron en su 'cocina', según la memoria de la ley a la que ha tenido acceso ABC.
La página 2 de ese documento señala como «coproponentes» a los titulares que en aquel momento tenían Justicia, Juan Carlos Campo; Política Territorial, Miquel Iceta; Interior, Fernando Grande-Marlaska; y también Derechos Sociales, Pablo Iglesias. Se da la circunstancia de que dos de ellos, Grande-Marlaska y Campo, son jueces de carrera: el primero ha presidido la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y el segundo es magistrado en este mismo tribunal, al que regresó tras prescindir Sánchez de sus servicios una vez firmados los indultos del 'procés'.
«Conformidad expresa»
Los ministerios coproponentes de la ley, reciben el proyecto, emiten un informe al respecto como tales y los remiten al ministerio impulsor. Si sus observaciones dan lugar a nuevos textos (Igualdad llegó a elaborar hasta tres anteproyectos sobre esta misma ley), la siguiente versión les debe ser remitida para que comprueben de qué manera se han recogido y elaboren un nuevo informe. Así sucesivamente hasta la versión final.
Además, la última redacción no puede incluirse en el índice de la Comisión general de secretarios de Estado y subsecretarios sin la «conformidad expresa» de todos los coproponentes. A ello se une que, como coordinadora de la acción del Gobierno, quien decidió elevar la ley al Consejo de Ministros para su aprobación fue Carmen Calvo.
De hecho, la exvicepresidenta reivindicó el texto como un hijo de todo el Gobierno y no solo de Unidas Podemos. «Nos sentimos muy orgullosos», subrayó en el Senado en marzo de 2020, cuando el anteproyecto inició su tramitación. «El Gobierno ha puesto a circular un proyecto muy importante en una semana definitiva en lo que representa la violencia de género. Es otro gran paso que da este país y lo hace un gobierno progresista», celebró. Calvo hizo hincapié en que fueron «diferentes ministerios» los que trabajaron de forma «coordinada» con el «impulso» de la titular de Igualdad.

Aunque esa coordinación fue destacada por Calvo, las posiciones de socialistas y miembros de Podemos chocaron fuertemente varias veces. La más sonada fue a cuenta del duro informe que elaboró el Ministerio de Justicia tras examinar la primera versión del anteproyecto redactada por Igualdad. La respuesta de Campo a ese texto inicial se tradujo en ataques por parte de Iglesias y Pablo Echenique al ministro. El primero llamó a Campo «machista frustrado» y, el segundo aseguró que «parece que hace falta que venga un machote a arreglarte la ley».
En medio de la polémica, descalificaciones al anteproyecto que hoy, con lo que está suponiendo la entrada en vigor de la ley, recobran todo el sentido. «Incumplimientos», «contradicciones», «tipos penales inexistentes», «excesos doctrinales», «preceptos poco claros, reiterativos o innecesarios» o «redacción confusa o farragosa» fueron algunos de los calificativos que el departamento de Campo dedicó entonces al de Montero.
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