Ni siquiera la sombra es un consuelo para evadirse del calor
Salimos a la calle en Sevilla con una cámara termográfica y hemos comprobado que, si en las...
Salimos a la calle en Sevilla con una cámara termográfica y hemos comprobado que, si en las aceras con sombra se alcanzan los cuarenta grados, en la zona de sol se superan los sesenta. Y si dejamos el coche aparcado bajo la ola de calor acabará convertido en una sauna con una temperatura de casi ochenta grados... No hay lugar en la calle en el que uno no sienta achicharrarse.