Sánchez acusa a Abascal de hacer una moción de censura de «tierra quemada»
El presidente arremete contra Feijóo por abstenerse ante «este delirio ultraderechista»
El debate, en directo
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha replicado este martes el discurso inicial de Santiago Abascal en el debate de la moción de censura que encabeza Ramón Tamames, y lo ha hecho con otro discurso preparado al milímetro, que ha superado ... incluso en extensión al del líder de Vox.
Con apenas alusiones a Tamames -aunque sí le ha tildado de «candidato de circunstancias» y ha señalado que la moción presentada es «por persona interpuesta» o que «usted prefiere que otro le haga el papelón», en referencia a Abascal, que a su juicio «tira la piedra y esconde la mano»- Sánchez, vestido con un traje azul claro, ha expuesto desde la tribuna de oradores toda una suerte de enmienda a la totalidad de Vox y de su moción, que ha definido en varias ocasiones como de «tierra quemada».
El jefe del Ejecutivo y líder del PSOE ha asegurado que Abascal representa la «nada más absoluta», le ha tildado indirectamente de vago, aludiendo a su «escaso apego al trabajo» y ha dicho que su formación tiene querencia por «la chapuza», como a su juicio evidenciaría la propia moción de censura, como la que encabezó el propio Abascal en octubre de 2020, a la que ha aludido varias veces. Además, le ha vinculado con la corrupción, explicando en varias ocasiones que tuvo a su cargo «un chiringuito» de la Comunidad de Madrid cuando el gobierno autonómico lo presidía Ignacio González.
Sus reproches se han extendido incluso a la pasada biografía de Abascal, quien, ha dicho el presidente del Gobierno con tono coloquial, «exalta los valores militares pero se escaqueó de la mili». En su réplica posterior, Abascal se ha defendido diciendo que pidió una prórroga cuando era concejal del PP en Llodio (Álava), luchando, le ha espetado, «contra sus amigos de Bildu», y que luego se suprimió el servicio militar obligatorio, algo que ocurrió con el Gobierno de José María Aznar en 1996, cuando Abascal tenía veinte años. «¿Dónde estaba usted?» le ha preguntado Abascal a Sánchez.
Otro toma y daca entre ambos se ha producido cuando Sánchez le ha reprochado que llamase «locas» a dos de sus ministras, en referencia a las titulares de Igualdad y Derechos Sociales, Irene Montero e Ione Belarra, algo por lo que le ha exigido «disculpas». Abascal le ha preguntado si se refería «a quienes el otro día me desearon la muerte», en referencia al vídeo de la manifestación del 8-M colgado por la Secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, en el que se gritaba «qué pena que no abortase la madre de Abascal».
Por lo demás, Sánchez ha reprochado reiteradamente a Abascal no tener proyecto para España ni idea alguna sobre cómo gobernarla. Incluso ha retado al líder de Vox a que citase «una sola aportación» de su formación para el interés general de los ciudadanos. A lo que Abascal, en la réplica, ha respondido que «oponerse» a las políticas del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos y también haber recurrido con éxito al Tribunal Constitucional (TC) la declaración del estado de alarma en 2020, de la que el propio Sánchez ha presumido en su intervención, asegurando como ha hecho siempre que «salvó centenares de miles de vidas».
Sánchez ha acusado a Abascal de tener una gran aversión al «feminismo» e incluso a «las mujeres», y ha vuelto a reprocharle que haga, ha dicho, un discurso que «ignora el cambio climático» como amenaza. Ambos se han enzarzado, en varios momentos del debate, a cuenta de las pensiones. Abascal le ha acusado de «mentir» por acusar a los gobiernos del PP de haber congelado las pensiones, y le ha preguntado de manera retórica «qué votó» en 2010 cuando las congeló el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero y Sánchez era diputado socilalista raso. «Señor Abascal, enterese, la reforma de las pensiones es de 2013» le ha dicho varias veces el presidente del Gobierno, en alusión a la reforma emprendida por el Gabinete de Mariano Rajoy.
Un «pago en diferido» del PP
Pero además, Sánchez ha arremetido muy duramente contra Alberto Núñez Feijóo por su anunciada abstención a la moción de censura, ante lo que ha definido como «un delirio ultraderechista» que, ha señalado en tono de reproche, «parece que ni le va ni le viene». «Esos que se van a abstener son tan responsables como ustedes del inmenso daño que hacen a nuestra democracia» ha sentenciado en referencia al PP.
Justo al final de su intervención, y como corolario de la misma, Sánchez se ha dirigido a la bancada popular, y en particular a su portavoz y número dos del partido, Cuca Gamarra, para advertirles en términos muy severos sobre el sentido de su voto. «Mañana usted y su delirante moción no se van a llevar los 298 votos que merece [todos menos los 52 escaños de Vox] porque el señor Feijóo se va a abstener. Este delirio ultraderechista ni le va ni le viene. En realidad lo que va a hacer un pago en diferido, como se lleva en casa. Un anticipo de caja. Pasando de un decente no, de una indecente abstención» ha señalado en relación al voto de Pablo Casado contra Abascal en la moción de censura de hace tres años.
A continuación, Sánchez ha pronunciado las últimas palabras de su primer discurso del pleno: «Tengan cuidado, señorías, porque este negocio es de los que dejan mancha, y más pronto que tarde la ultraderecha vendrá a exigirles un segundo pago, en diferido, para saldar las deudas. Señora Gamarra, señorías del PP, cuando llegue ese día, o cuando llegue ese momento, acuérdense de este debate», ha concluido, entre aplausos de las bancadas de PSOE y Unidas Podemos.
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