Pinza de Sánchez y Díaz a un Abascal que no explota la ausencia de Feijóo
Los candidatos del PSOE y Sumar presumen de un frente común para que la derecha no llegue al Gobierno
¿Quién ha ganado el debate a tres de RTVE: Santiago Abascal, Pedro Sánchez o Yolanda Díaz?
Ganador debate elecciones, en directo: reacciones al cara a cara de Abascal, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en RTVE hoy
La desigual condición numérica del debate -dos candidatos progresistas y uno de derechas- permitía anticiparlo. El debate a tres entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal celebrado este miércoles por la noche en TVE se convirtió en un duelo de dos contra uno. ... La líder de Sumar buscó sistemáticamente el cuerpo a cuerpo con el presidente de Vox con el objetivo de robarle la tercera plaza en las elecciones del domingo, y el jefe del Gobierno apoyó la estrategia de su vicepresidenta, sabedor de que si Sumar obtiene la cuarta plaza será prácticamente imposible reeditar la coalición.
Abascal mantuvo la tranquilidad en todo momento y expuso sus ideas con claridad pero no fue capaz de zafarse de esta pinza y centrarse en la confrontación directa con Sánchez, con la que podría haberse proyectado como gran alternativa de la derecha para derogar al sanchismo. Trasladar esta imagen resulta crucial para que Vox frene el trasvase de votantes hacia el PP en los últimos días que quedan hasta las elecciones.
Una foto de 1995
Sánchez utilizó así un tono menos fiero que el de Díaz frente a Abascal y centró su estrategia en asimilar al presidente de Vox y al del PP, favorito para ganar las elecciones según las encuestas y gran ausente del debate. El líder socialista insistió en salvar la no comparecencia del político gallego citando al PP cada vez que mencionaba a Vox, y dirigiéndose a Abascal en plural en todo momento para reforzar la idea de que son lo mismo y gobernarán juntos.
«Son un tándem, son un dúo, contrario a los intereses de los españoles», acusó el socialista, que incluso, cargó contra Feijóo en solitario en varios momentos. «No viene aquí porque le da vergüenza comparecer junto al señor Abascal». Y estas alusiones reiteradas dejaron de manifiesto que el jefe del Gobierno no estaba tratando al presidente de Vox como si fuera su principal rival, lo que complicó a su vez la gran proyección que buscaba Abascal.
El otro frente de ataque de Sánchez a Feijóo fue la idea —que ya expuso en el cara a cara— del retroceso social que provocaría un gobierno de coalición entre PP y Vox, asegurando que existe el riesgo de que no se revaloricen las pensiones, se mantenga el ingreso mínimo vital o la Ley de la eutanasia. «Feijóo y Abascal quieren hacer retroceder el mundo del trabajo y la economía 50 años atrás», apuntó también Díaz. El jefe del Gobierno insistió asimismo en que el líder popular no es un líder fiable que proyecta porque «miente», y que la derecha no ganará las elecciones el próximo domingo.
Y para rematar, Díaz volvió a sacar a colación la imagen de Feijóo y el narcotraficante Marcial Dorado tomada en el año 1995, sobre la que el presidente popular ha dicho que no conocía la condición de éste cuando fue tomada. La vicepresidenta la utilizó para confrontar con Abascal al que le preguntó su opinión al respecto. El presidente de Vox evitó atacar al del PP y se revolvió contra Díaz y Sánchez por atacar a alguien que no podía defenderse, y le echó en cara sus fotos con Hugo Chávez.
Sánchez controla los nervios
Como resultado de esta estrategia coordinada, Sánchez y Díaz no se enfrentaron, alimentando la idea defendida por el PP de que Sumar es la «marca blanca» del socialismo. Pero proyectando también la idea de que componen un equipo eficaz frente a las broncas y desacuerdos constantes exhibidos por la coalición actual, con Unidas Podemos como socio minoritario.
Díaz solo criticó al presidente en el bloque social, cuando le echó en cara que la Ley de vivienda llegó tarde y se ha quedado corta. Sánchez lo dejó pasar y le devolvió la pulla en el bloque de pactos diciéndole que «hay que tener los pies de la tierra». La vicepresidenta le replicó que los «tiene» y el socialista se lo concedió. «Ya lo sé».
Abascal, eso sí, salió a por todas desde el primer minuto y a la carga contra Pedro Sánchez desde el arranque, acusándole de mentir de manera sistemática. El líder de Vox, sin corbata, fue el encargado de abrir el debate con el bloque económico, y durante todo el debate combinó esa idea de que la izquierda manipula con el repaso de sus principales propuestas en todos los bloques. Su estrategia no llegó a hacer mella en el socialista, que la esperaba, y que mantuvo la calma y los nervios a diferencia de lo que le sucedió durante el cara a cara con Núñez Feijóo.
El primer momento en el que Abascal se encontró en apuros fue cuando Yolanda Díaz se lanzó a su yugular introduciendo el cambio climático en el bloque de economía y fiscalidad. «Defienden, un modelo que mata a la gente, destruye empleo y provoca bajos salarios», aseguró.
Sánchez atacó «a las derechas» por su falta de compromiso con la transición verde y equiparó a Abascal con los «fanáticos» Donald Trump y Jair Bolsonaro por no creer en la ciencia. El presidente de Vox reaccionó acusando a ambos de «estar todo el día hablando del fin del mundo», y no preocuparse por la difícil situación de las familias españolas a cuyo bolsillo no ayuda la Ley contra el cambio climático. «No llega a las neveras de los españoles, no llega a los contadores de la luz, no llega a las cajas registradoras de los comercios y no llegan a los bolsillos de los españoles», se revolvió.
Como ya sucedió durante el cara a cara entre Feijóo y Sánchez, éste último introdujo ideas incorrectas al debatir sobre economía. Por ejemplo, prometió alcanzar el pleno empleo en la próxima legislatura, con un 8 por ciento de paro, cuando según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) el pleno empleo solo se alcanza cuando el desempleo se sitúa en el 4 por ciento. Sánchez insitió en recordar todas las grandes votaciones en las que PP y Vox votaron en contra, como la revalorización de las pensiones. Y Abascal reaccionó recordando que el PSOE vota con Bildu, lo que Díaz aprovechó para recordarle que el partido de Arnaldo Otegi coincidió con Vox en votar en contra de la reforma laboral.
El presidente de este partido intentó contraatacar proponiendo una reducción del coste de la administración, y aquí de nuevo encontró una dura respuesta de Díaz. «Que nos hable usted de esto viniendo del chiringuito de donde viene», se jactó.
Violencia de género
No obstante, el bloque que generó más tensión fue el social, por las distintas visiones sobre violencia de género de los candidatos. Abascal utilizó la reforma del 'sólo sí es sí' y las rebajas de penas a agresores sexuales y violadores para lanzarse contra ambos. Díaz reaccionó mostrando una fotografía de de dos cargos de Vox riéndose asegurando que había sido tomada durante un minuto de silencio por una víctima de violencia machista. «Le pido que no se ría de nosotras, dejen de jugar a reirse de nosotras», cargó, mientras Abascal le acusaba de manipular la imagen. Ambos se preguntaron mutuamente «¿qué es una mujer?». Abascal dijo tenerlo clarísimo, pero no contestó. Díaz tampoco lo hizo.
De los tres candidatos, Abascal era el que más se jugaba pero no logró exprimir la oportunidad al máximo, como sí hizo Díaz. Sánchez, al dejar a su vicepresidenta la confrontación directa con el presidente de Vox, logró proyectar la cara institucional que no consiguió en el cara a cara contra Feijóo, pero resultó demasiado encasillado en ese papel.
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