LOS PAPELES DE FRANCO
«El día del mayor sacrificio de Don Juan por España»
El Conde de Barcelona trató de persuadir a Franco para explicarse ante los españoles. El dictador se ocupó personalmente de impedir la propaganda monárquica
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Cuando el 8 de noviembre de 1948 el joven Príncipe Juan Carlos se sube en Lisboa al Lusitania Express para dirigirse a Madrid asume por primera vez un rol vinculado a su posible futuro como Rey. A sus diez años es probable que aún no sea consciente de la magnitud de la decisión que ha tomado su padre, Don Juan , al enviarle a estudiar a España. En realidad ha sido una medida consensuada con Francisco Franco en una entrevista que ambos mantuvieron a bordo del Azor un par de meses antes, a finales de agosto. Pero la visita va mucho más allá de la educación de «Don Juanito» y todo está muy medido.
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En los años previos a la reunión del Azor adquiere especial relevancia en círculos monárquicos Julio Danvila , que tiene un papel destacado -aunque no es el único- en el acercamiento. De lo que sí se ocupa personalmente es de tratar con Franco el tratamiento público que se va a dar a la visita del Príncipe Juan Carlos.
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Unos días antes de la llegada, Danvila entregó a Franco personalmente un borrador de nota de prensa en el que se explican los motivos de Don Juan para tomar esta decisión . Sin embargo, cuando queda menos de una semana para la llegada, Luis Carrero Blanco, ya entonces estrecho colaborador del dictador, le entrega la que será l a nota definitiva, que ha sido modificada en lo sustancial. Sorprendido ante la mutilación de su propuesta, Danvila escribe una carta a Franco al día siguiente, 5 de noviembre. Quedan cuatro días para la llegada del Príncipe .
El colaborador de Don Juan presenta una respetuosa queja por «la fría y sin trascendencia» nota de prensa con que el Régimen se dispone a despachar la visita: «Teniéndola a la vista no debo ocultar a V. E. que en el día tan crítico para Don Juan de su máximo sacrificio por España enviando a su hijo mientras Él tiene que permanecer en el destierro, esperaba encontrar ocasión para que los españoles le recordasen con cariño y supieran que siempre estuvo en el sitio que juzgó mejor para el interés de su Patria».
A lo largo de los cinco folios manuscritos, a los que ha tenido acceso ABC, Danvila explica a Franco la importancia que tiene para Don Juan explicar a los españoles por qué ha tomado esta decisión , así como su «necesidad de poder contestar a las voces murmuradoras que levanta el camino ahora emprendido». Don Juan es consciente de que entre sus partidarios hay revuelo ante tan controvertida decisión.
«La anulación del padre»
Danvila asume que Franco quiere dar un perfil bajo a la visita, pero no se resigna: «Al menos autorice al señor ministro de Educación Nacional para hacer ciertos añadidos y que ante la oleada de críticas de los descontentos, podamos argumentar con la demostración impresa de que la venida del hijo jamás supone la anulación del Padre».
En este contexto, el emisario de Don Juan llega a sugerir a Franco que autorice al diario ABC a publicar un editorial sobre la visita del Príncipe el domingo anterior a su llegada a Madrid, 8 de noviembre. Huelga decir que tal editorial nunca se publicó. Danvila se llega a preocupar incluso por la fotografía que pueda acompañar la cobertura de la visita: «El Conde de Barcelona hubiese preferido la publicación de una foto suya junto a la del hijo, pero si V. E. lo cree prematuro estimará como mejor lo que resuelva».
En su edición del 10 de noviembre de 1948 ABC publica a toda página una foto de Don Juan Carlos leyendo un libro. Ni rastro de Don Juan. En páginas interiores, la cobertura se limitó a un breve con un único párrafo . La información anexa, algo más larga, resalta que España entra por primera vez en los organismos técnicos de la ONU, una noticia que anuncia el principio del fin del aislamiento internacional del Régimen.
En el final de su carta a Franco, Julio Danvila afirma que Don Juan aceptará como buena la decisión que tome Franco sobre la cobertura mediática de la llegada del Príncipe: «En esto como en todo manifestamos nuestros criterios», escribe Danvila, que curiosamente trata a Don Juan como Su Alteza Real: « S. A. R. puesto en trance de sacrificios, aceptaría desde luego lo que opine, seguro que será el máximo posible dentro de lo que entienda ser los altos intereses de España . Con los que somete gustoso los suyos personales».
