Zuloaga, Guinea y Barrueta incrementan los fondos del Museo de Bellas Artes de Bilbao

La pinacoteca vasca ha presentado este martes tres obras donadas que añadirán «valor» a la colección propia

El director del museo Miguel Zugaza, y el diputado general de Vizcaya, Unai Rementeria, observan el cuadro «La salla del maíz» del pintor Anselmo Guinea EFE/Luis Tejido

Miriam Villamediana

Quien desde esta semana se acerque por el Museo de Bellas Artes de Bilbao podrá disfrutar de tres cuadros inéditos. Se trata de 'La salla del maíz', de Anselmo Guinea; 'Picador Gitano, de Ignacio Zuloaga y un autorretrato de Benito Barrueta . Son las tres últimas donaciones que ha recibido la pinacoteca bilbaína y que vienen a engrandecer, en palabras de su director, Miguel Zugaza , el «valor» de su colección propia.

Quizá el más cautivador es 'La salla del maíz' . Guinea consigue captar rápidamente el interés del visitante con la suavidad que desprende una paleta de azules y grises que sólo se rompe por el verde de los árboles o el color de las boinas y los pañuelos de los protagonistas. El lienzo muestra cómo varios campesinos arrancan cardos y malas hierbas de un campo de maíz que se situaría en la localidad vizcaína de Murueta, hoy dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, a finales del siglo XIX.

Según ha explicado Zugaza, se trata de una «obra importante en la producción del pintor y la pintura vasca». «Pertenece a una serie de obras fechadas en esos mismos años en los que Guinea representa labores del campo», ha añadido. El autor inmortalizó esta estampa a la vuelta de su primer viaje a París, y en ella se puede ver cómo ha incorporado la estética impresionista de la época en la que le introdujo «su colega Adolfo Guiard».

Estreno de la temática taurina

Con el 'Picador Gitano' , el Museo de Bellas Artes de Bilbao incorpora por primera vez a sus fondos un cuadro de temática taurina tan «característica en la producción del pintor y una de las claves de su éxito internacional», ha asegurado Zugaza. De hecho, se calcula que Zuloaga lo creó en 1903, en su época de madurez artística y cuando experimentó el mayor éxito de su carrera .

La obra fue adquirida en Venecia y después formó parte de colecciones en Fráncfort y Madrid. Finalmente fue adquirida por Plácido Arango y sus herederos la han donado a la pinacoteca en su memoria. «Las obras forman ya parte de la colección del museo gracias a la generosa donación de los coleccionistas », ha querido agradecer el director.

El autorretrato de Berrueta , el tercero de los cuadros que se han presentado este martes, es el más pequeño de los tres, pero no por eso es menos impresionante. El autor lo realizó en 1905, unos cuarenta años antes de otro autorretrato suyo que también custodia el museo, por lo que permitirá a los visitantes apreciar en paso del tiempo.

En el que se ha presentado este martes Berrueta nos traslada a su época más bohemia mientras nos mira desafiante. Se trata, tal como ha descrito Zugaza, de «la efigie vital de uno de los más notables artistas de la pintura vasca, homenaje permanente a la pintura moderna al ejemplo de Velázquez».

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