Miren Larrion (EH Bildu) evitará el juicio por suplantación de identidad con trabajos a la comunidad
La que fuera titular de EH Bildu en el Ayuntamiento de Vitoria estaba acusada de usurpar la identidad de una compañera para abrir una cuenta bancaria
No habrá foto de Miren Larrion sentada en el banquillo de los acusados. La que fuera portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Vitoria ha anunciado a través de sus redes sociales que ha llegado a aun «acuerdo» con la Fiscalía y conseguirá evitar el juicio a cambio de realizar trabajos a la comunidad .
En el escrito publicado en Facebook asegura que el ministerio público ha aceptado varios informes médicos como «atenuante» para alcanzar el pacto. «Yo entonces sabía que estaba mal, pero no era para nada consciente de cuánto» explica. No han trascendido más detalles acerca del contenido del acuerdo, pero Larrion cita la existencia de informes médicos. Asegura, además, que sigue en tratamiento.
El caso estalló en febrero de 2021. La Ertzaintza descubrió que Larrión era la responsable del robo de documentación que había denunciado una compañera de EH Bildu. Al parecer aprovechó que las dos habían coincidido en la sede del partido para robarle la cartera en un descuido.
Después utilizó además esa documentación para s uplantar su identidad en varios lugares. En primer lugar, abrió una cuenta bancaria a nombre de su compañera donde, además, realizó un ingreso de 300 euros. También utilizó una identidad falsa para contratar una línea de teléfono móvil y un apartado de correos.
Nunca se ha conseguido aclarar cuáles eran sus intenciones con todas estas acciones. El escándalo se precipitó pocos días después, cuando la Ertzaintza la detuvo a la salida de una entidad bancaria. Al parecer, había acudido para tratar de aclarar su identidad después de la denuncia que había presentado su compañera de partido.
Larrion se vio entonces obligada a dimitir de todos sus cargos. En una carta abierta reconocía haber «cometido un error». Aseguraba encontrarse en un «momento personal difícil». Explicaba además que su intención siempre fue «explicarle» a su compañera los motivos que le habían llevado a suplantar su identidad, convencida de que ella «lo entendería». Puntualizaba también que «en todo momento» había utilizado dinero de su propiedad.
Por todo ello el juez le imputó cuatro delitos: falsedad documental, usurpación de identidad, hurto y estafa en grado de tentativa. Probablemente nunca hubiera entrado en prisión por tratarse de delitos leves y carecer, además, de antecedentes. Con el pacto anunciado ahora evita no solo la condena sino también la foto sentada en el banquillo de los acusados.