La ebullición socopolítica del París de finales del siglo XIX, en el Guggenheim
El museo bilbaíno recoge una muestra con 125 piezas del vanguardismo más destacado de la capital francesa
El Museo Guggenheim de Bilbao ha presentado este jueves la exposición «París, fin de siglo: Signac, Redo, Toulouse-Lautrec y sus contemporáneos». Una muestra de 125 piezas que aborda el vanguardismo más destacado de la capital francesa en una época tan agitada como fue la de finales del siglo XX, marcado por las turbulencias políticas, las transformaciones culturales y los problemas sociales, que a la postre estimularon la formación de organizaciones radicales .
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Buena parte de los cuadros que exhibirá el museo bilbaíno hasta el próximo 17 de septiembre no se habían mostrado en público nunca , lo cual dota la muestra de un valor añadido. Algunas, que llevan la rúbrica de genios del neoimpresionismo o el simbolismo como Paul Signac, Pierre Bonard o Maurice Denis , son consideradas verdaderas obras maestras. Según ha explicado la comisaria y experta en arte europeo de los siglos XIX y XX Viviene Greene , que ha sido la encargada de presentar la exposición, los cuadros que alberga representan una «escapatoria para alcanzar el espíritu y el intelecto».

«He tenido la fortuna de conocer a varios coleccionistas privados y conseguir la “crème de la crème” de lo que tenían», ha destacado Greene, que ha valorado la resistencia de los cuadros al paso del tiempo. En este sentido, ha alegado que es «muy difícil» que piezas como los pósters «sobrevivan 125 años y sin ninguna marca».
El conjunto de la exposición se muestra en tres salas. La primera está dedicada al neoimpresionismo, mientras que la segunda y la tercera están enfocadas, respectivamente, hacia el simbolismo y los artistas Nabis.
Agitación política
Signac preside la primera sala como máximo representante del neoimpresionsmo, movimiento que reflejó las ideas socialistas, comunistas y anarquistas del París de finales del siglo XIX y que hizo su debut como entidad propia en la de las salas de la última exposición impresionista de la capital francesa, que tuvo lugar en 1886.
Se trata de un período marcado por las agitaciones políticas, sociales y culturales que desembocaron en el surgimiento de grupos reaccionarios y de izquierda radical. Acontecimientos como el asesinato del presidente Sadi Carnot a manos de un radical o el «caso Dreyfus» sacaron a la luz los extremos sociopolíticos del país galo, que acogió entonces una gran variedad de movimientos artísticos. Uno de ellos fue el neoimpresionismo, cuyos temas eran similares a los de su antecesor, el impresionismo: paisajes, urbanización moderna y actividades de ocio .

Una de las obras más significativas de esta etapa es «Saint Briac. Les bailses Opus 210», del propio Signac, realizada con la técnica del puntillismo. La primera sala de la exposición también recoge otros cuadros de gran belleza y valor histórico como «La fábrica de ladrillos» , del previamente impresionista Camille Pisarro, que, en palabras de Greene, «era un artista al que le gustaba reinventarse, cambiar y estar con los jóvenes y los movimientos emergentes de su época».
Temática religiosa
La religión también tuvo un papel destacado en el arte del París de finales del siglo XX. La mayor parte de los artistas conectados con el simbolismo eran reacios al materialismo y habían perdido su fe en las ciencias, que habían fracasado en su intento de remediar los males de la sociedad moderna. En su lugar, el espiritualismo empezó a ganar terreno, lo que dio lugar a la representación de obras evocadoras y oníricas.
El simbolismo es la temática de la segunda sala de la exposición, que integra, entre otros, piezas de Maurice Denis y Odilon Redon , con sus escalofriantes cabezas flotantes e incorpóreas.
Por último, la muestra cuenta con diversas obras de artistas Nabis , término que proviene del hebreo «profeta» y que hace referencia a pintores influenciados por planos de colores uniformes y las estampas japonesas. Durante la década de 1880 dichos autores experimentaron con las posibilidades que ofrecía el contraste de los grabados sobre madera , como el uso del blanco y negro por parte de Félix Valloton.