Dos décadas del asesinato etarra que manchó de sangre la inauguración del Guggenheim

El agente de la Ertzaintza Txema Agirre recibió un disparo a bocajarro y por la espalda en las cercanías del museo

Adrián Mateos

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La tarde del 13 de octubre de 1997, un grupo de etarras asesinó por la espalda al ertzaina Txema Agirre en las cercanías del Guggenheim . La víctima, de 35 años y con un hijo de nueve, logró detener el atentado que sus verdugos tenían pensado perpetrar contra las instalaciones del museo. Cerca de 250.000 personas recorrieron días después la ciudad de Bilbao en señal de rechazo ante un crimen que, este viernes, volverán a recordar los sindicatos del cuerpo en la plaza bautizada con su nombre.

Si bien la única víctima de ese trágico 13 de octubre fue Agirre, el objetivo principal de ETA no era él, sino el Rey , que cinco días después acudiría a la inauguración del museo en compañía del lendakari José Antonio Ardanza y el presidente del Gobierno José María Aznar. Un atentado con el que los terroristas pretendían dar un golpe de efecto internacional pero que finalmente fracasó gracias a la intervención del agente.

Los criminales se presentaron en las medianías del Guggenheim en una Ford Transit con el fin de hacerse pasar por operarios del Ayuntamiento de Bilbao. Del vehículo bajaron tres personas, entre las que se encontraban Kepa Arronategi y Eneko Gogeaskoetxea , el autor material del asesinato. Los etarras comenzaron a descargar maceteros de cartón piedra en el que habían dibujado el escudo del Consorcio. En uno de ellos habían escondido doce lanzagranadas que habían preparado en un caserío de Ea (Vizcaya) y que se podían activar por control remoto.

Sin embargo, el agente comprobó que la furgoneta no se encontraba entre los vehículos autorizados para descargar. De hecho, la central de la Ertzaintza le avisó de que la matrícula correspondía a un turismo robado días atrás por el comando «Katu». Por esta razón, Agirre procedió a identificar a los sospechosos, que, en un momento de distracción, le asestaron un tiro por la espalda y a bocajarro. Su agonía se alargó durante 26 horas . Finalmente, murió en el hospital de Basurto.

Persecución

El asesinato dio lugar a una larga persecución por la capital vizcaína. Arronategi consiguió esquivar a las fuerzas de seguridad durante más de un kilómetro hasta que finalmente fue arrestado en la calle Juan de Ajuriaguerra. Una vez rodeado, el etarra trató de disparar contra uno de los agentes que se le echaba encima, pero el arma se le encasquilló y perdió el cargador . Fue condenado a 72 años de cárcel.

El etarra Eneko Gogeaskoetxea

La búsqueda Gogeaskoetxea se alargó mucho más. De hecho, el terrorista logró robar hasta tres coches en su huida. No fue arrestado hasta el verano de 2010 en la localidad británica de Cambbridge , donde vivía con su familia. A él le cayó una pena de 92 años. El tercer integrante nunca llegó a ser identificado.

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