Aprobado el pacto educativo vasco con aplauso de los nacionalistas e indignación de los populares
El representante de la coalición PP + Ciudadanos se ha levantado de la comisión por el «desprecio» a sus propuestas
Ni inmersión lingüística, ni varias lenguas vehiculares. La reforma educativa deberá implantar en el País Vasco «un sistema plurilingüe cuyo eje es el euskera» que se articulará a través de las dos lenguas cooficiales y «al menos una lengua extranjera». Es la fórmula que ha permitido a la ponencia de Educación del Parlamento vasco lograr un acuerdo de mínimos que ha salido adelante con el apoyo del 90% de los parlamentarios.
En el texto, que deberá ser ahora ratificado por el pleno , se establece que los alumnos vascos deberán lograr al finalizar la educación secundaria, un nivel B2 (avanzado) de castellano y de euskera y un nivel B1 (intermedio) de una lengua extranjera. Sin embargo, n o se concreta si esta fórmula se articulará o no siguiendo el actual sistema de modelos educativos que ahora divide las líneas de enseñanza en función del idioma vehicular. El texto se limita a decir que cada centro dará «un tratamiento integrado de las tres lenguas», teniendo en cuenta la «situación sociolingüística» de cada entorno.
El acuerdo también incluye una batería de medidas destinadas a reforzar el papel de la escuela pública y tratar así de superar la anomalía que supone que la mitad del alumnado vasco, la tasa más alta de toda España, estudie en centros educativos concertados. Además, se define el sistema educativo vasco como «laico» y «paritario» .
Indignación de PP y Ciudadanos
La amplia mayoría con la que ha salido adelante el texto no ha impedido que en la reunión de este lunes se hayan vivido algunos momentos de tensión . El representante de la coalición PP+Ciudadanos, José Manuel Gil, ha abandonado la comisión visiblemente molesto con las formas parlamentarias. Su grupo solicitó ampliar el plazo para examinar las enmiendas después de que EH Bildu presentara sus propuestas solo en euskera, pero la comisión lo denegó.
En su intervención, Gil ha denunciado que lo ocurrido supone una «inaceptable y repetida falta de respeto» a su grupo parlamentario y que rompe con las «más elementales formas de cortesía parlamentaria». En su opinión, sus enmiendas han sido «desatendidas y despreciadas en su totalidad porque había un acuerdo previo con EH Bildu». Por todo ello, ha asegurado que el texto no puede calificarse de informe «basado en el consenso» y que supone un mal comienzo para una ley que debería buscar el acuerdo de todos.
Aplauso nacionalista
La representante del PNV, Leixuri Arrizabalaga, ha lamentado las formas de los populares y en clara alusión a la reacción de Gil ha recordado que «hubo oportunidad de ampliar aún más el acuerdo pero algunos grupos prefirieron condicionarlo a quien lo firmaba». La dirigente nacionalista ha destacado que pese a todo han logrado un «amplio» acuerdo que servirá para «dar estabilidad» a la futura ley educativa porque recoge «acciones concretas» que servirán para mejorar el sistema.
El acuerdo también ha recibido el aplauso de EH Bildu que ve en la reforma una oportunidad de «transformar el sistema educativo». «No es cien por cien el que le gustaría a EH Bildu», ha explicado el parlamentario Ikoitz Arrese, pero cree que es un acuerdo «positivo y amplio» que supone un «avance importante» para «conseguir alumnos bilingües vascos».
El parlamentario del PSE, José Antonio Pastor , también ha destacado el amplio consenso logrado en torno al pacto. Para los socialistas resulta un logro haber evitado incluir referencias a la inmersión lingüística y, a la par, haber introducido medidas encaminadas a reforzar el trilinguismo o fortalecer el sistema educativo público. «Es un punto de encuentro que no deja totalmente satisfecho a nadie, ni deja totalmente insatisfecho a nadie», ha resumido.
El documento, que será ratificado definitivamente en el pleno del próximo 7 de abril . Una vez aprobado el Parlamento enviará el pacto al Gobierno vasco que deberá utilizarlo como base de su reforma educativa y presentar un anteproyecto de ley. Será ese momento en el que tenga que adoptar una decisión acerca de la modificación, o no, de los tres modelos actuales así como de la fórmula para articular el «sistema plurilingüe» que defiende el Parlamento.