Álvarez de Toledo advierte de la llegada de un «Gobierno de sedición»
La portavoz del PP en el Congreso lamenta que el PSOE se haya «pasado al lado» de los que «quieren destruir el orden constitucional»
![Fernando Savater, Arcadi Espada, Rosa Díez y Cayetana Álvarez, hoy en Bilbao](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2019/12/06/alvarez-toledo-bilbao-kCkE--1248x698@abc.jpg)
Desde las filas batasunas venían refiriéndose a ellos, despectivamente, como «los Álvarez de Toledo de turno». Los mismos que iban a Bilbao a «amenazar», a imponer el «régimen del 78». Parte de ese odio sembrado por Bildu a lo largo de toda la semana lo recogió la comitiva de «Libres e Iguales» que hoy, pese al intento de «boicot» de los radicales, celebró el Día de la Constitución en la capital vizcaína. Una fecha señalada que llegó este año con tintes «dramáticos», dijo la popular, pues se produce «a las puertas de un Gobierno de sedición».
Álvarez de Toledo, el filósofo Fernando Savater, la exlíder de UPyD Rosa Díez y el periodista Arcadi Espada se congregaron este 6 de diciembre en la plaza Arriaga de Bilbao para reivindicar la Carta Magna, el código que «hace libres» e iguales a todos los españoles. También para advertir de la «poderosa y peligrosa ficción» de un PNV que, a juicio de la portavoz del PP en el Congreso, se ha beneficiado de la «condescendencia de las élites madrileñas» para expulsar al constitucionalismo de la Comunidad Autónoma vasca.
Una idea en la que ya había ahondado previamente en el hotel Villa de Bilbao, donde compartió protagonismo con el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso. La hispanoargentina advirtió de que quien tiene «las llaves del futuro Gobierno» es «un delincuente» condenado «a 13 años por sedición y malversación», en referencia al líder de ERC, Oriol Junqueras; y lamentó el «drama» que supone que ese PSOE que antes «estaba en el bloque constitucionalista» se haya pasado al otro lado», el de los que «quieren destruir el orden constitucional».
«La Constitución nos hace iguales»
En al acto de «Libres e Iguales», que congregó a cerca de 300 personas, Álvarez de Toledo, Savater, Díez y Espada defendieron que son ciudadanos de «un Estado democrático moderno gracias a la Constitución»: «No porque hayamos nacido en tal o cual lugar, ni porque provengamos de tal o cual familia, ni por nuestra lengua, ideología o costumbres», puntualizaron.
«La Constitución nos hace iguales, porque no le pregunta a nadie de dónde viene, sino cuáles son las reglas para que avancemos juntos —añadieron—. La Constitución reconoce el derecho a decidir, pero nos lo reconoce a todos y a cada uno sobre lo que es de todos: en cambio, no reconoce a nadie el derecho a decidir que los demás no decidan».
En este sentido, Savater exclamó que «la Constitución protege frente a los que se empeñan en fraccionar España en mil nuevos reinos de taifas, frente a los dueños autoproclamados de la única verdad política o religiosa, frente a los que pretenden sustituir los derechos de todos por los privilegios de los que forman el pueblo elegido».
Control policial
Debido a los alientos de Bildu, «Libres e Iguales» festejó el Día de la Constitución entre cordones policiales. Fuentes de la plataforma lamentaban que hubo que incrementar las medidas de seguridad ante la posibilidad de que los radicales «montaran algo» en la misma plaza Arriaga. Más allá de algún insulto, el mayor de los incidentes tuvo lugar a la llegada de la comitiva de Álvarez de Toledo, a la que lanzaron dos huevos que no llegaron a impactar en nadie.
Arcadi Espada aludió al dispositivo policial desarrollado con motivo del evento para destacar lo «extraño» de que los ciudadanos celebren la Constitución «encerrados por la Policía, mientras la fieras están afuera», lo que ha achacado a la «pervivencia del odio».
Por su parte, Rosa Díez alertó de que está en riesgo la «abolición» de la Constitución española y ha denunciado que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, «se ha pasado al lado de los malos».
El sector soberanista tomó parte en la manifestación convocada por Bildu, que aprovechó el escaparate mediático de los constitucionalistas para reivindicar la «República vasca».