Aitor Miranda

Las «performance» y las manifas proetarras

Durante las atípicas navidades pasadas a causa de la COVID-19, las juventudes nacionalistas de izquierdas e independentistas proetarras, llevaron a cabo en las calles de varias localidades vizcaínas —Bilbao, Galdácano y Baracaldo— diversas «perfomance» callejeras. Para ello se dedicaron a colocar algunas mesas y sillas vacías, simulando que los presos de ETA, precisamente los más sanguinarios de esas localidades, un año más, no iban a poder estar en casa para celebrar con sus familiares las comidas y cenas de Navidad.

¡Qué ignominia! ¡Qué escarnio para los familiares de las víctimas de ETA que viven en esos municipios! Qué sufrimiento para una persona ver mientras pasea o hace las compras, las fotos de los rostros de aquellos que colaboraron e incluso asesinaron a su familiar, tan cercano y querido. Al ver dichas «perfomance callejeras» me rebelo, empatizo y solidarizo, aún más si cabe, con el sufrimiento de esos familiares. No con el sufrimiento de los familiares de esos asesinos que más tarde o temprano, gracias al Gobierno Nacional actual y a su Ministro de Interior, serán acercados a cárceles cercanas y más tarde excarcelados. Todo ello a pesar de que ni se arrepientan ni pidan perdón y que más del 85% continúen vanagloriándose de sus actos terroristas: quitar la vida, lo más horrendo que puede llevar a cabo un ser humano contra otro.

Mientras que unos volverán, más pronto que tarde, a ver y a estar con sus familiares en el pueblo que los vio nacer, otros no volverán, ni pronto ni tarde, a estar con sus seres queridos, porque los primeros decidieron -un mal día y una mala hora concreta- acabar con sus vidas.

Por si las «perfomance callejeras» nos parecieran poco, el pasado sábado 9 de enero Sare, colectivo social y político que reclama el acercamiento de presos de ETA a cárceles del País Vasco, organizó 238 manifestaciones en pequeños pueblos y grandes localidades del País Vasco y Navarra bajo el lema «Bidea gara», «Somos el camino». Secundaron y apoyaron estas manifestaciones dos formaciones políticas: por un lado Podemos Euskadi, partido de Pablo Iglesias en el País Vasco, el cual se siente más cómodo en una Herriko Taberna, que en un homenaje a una víctima del terrorismo. Por otro el PNV, partido que durante tantas décadas recogió las nueces del árbol que ETA se encargaba de mover.

¡Gran paradoja, difícil de explicar! Que los que durante más de cuarenta años segaron y truncaron la vida de más de ochocientas personas con tiros en la nuca y coches bomba, coartando la libertad de miles de ciudadanos a los que obligaron a exiliarse, pretendan en un futuro próximo, ser los «constructores» de la concordia y la paz en el País Vasco. Siempre y cuando, claro está, el Gobierno Central de turno, ceda a sus deseos y pretensiones de independencia, reconociendo al País Vasco español, Navarra y el País Vasco francés como una nación. No podemos ni debemos olvidar que éstas fueron las razones de peso por las que ETA asesinó durante tantas décadas.

Aitor Miranda es portavoz del PP en el Ayuntamiento de Yécora (Álava)

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