Restituyen el ramo de flores en homenaje a Jesús Ulayar destrozado por los radicales en Echarri Aranaz

“Cada vez que tiren las flores colocadas a una víctima, otros las volverán a colocar”, han asegurado en el acto

Las flores han regresado a la puerta de los Ulayar Cedida

Pablo Ojer

Este sábado un grupo de personas anónimas han vuelto a colocar un ramo de flores en la puerta de la casa donde vivió Jesús Ulayar en la localidad navarra de Echarri Aranaz y que el pasado domingo fue destrozado por unos desconocidos cuando se conmemoraba el 40 aniversario de su asesinato a manos de ETA.

Durante el acto de restitución, quienes han vuelto a colocar las flores han leído unas palabras: “Que unos reparen lo que otros destruyeran. Que el miedo nunca nos impida hacer lo que es justo. Que seamos capaces de educar a nuestros hijos en la solidaridad con el dolor ajeno . Y que, sin renunciar nunca a un mundo con verdad, dignidad y justicia, seamos capaces de dejarles la herencia de un mundo sin odio”. Y han concluido el acto asegurando que “cada vez que tiren las flores colocadas a una víctima, otros las volverán a colocar”.

El pasado domingo se cumplían 40 años del asesinato del que fuera alcalde de Echarri Aranaz, Jesús Ulayar. Uno de sus hijos colocó unas flores en la puerta de su casa, justo al lado de donde un terrorista le descerrajó cinco disparos . Sin embargo, a pesar del tiempo pasado, unos desconocidos quitaron el ramo y lo destrozaron dejando un reguero de pétalos como si fuera un reguero de sangre.

Cuarenta años después

“Aquellos que se erigieron en ‘juez y parte’ para aniquilar a los que consideraban molestos para su proyecto, cuarenta años después continúan negando a un hijo la posibilidad de recordar con ternura a ese padre arrebatado de su vida con odio y violencia ”, consideraba el pasado lunes el presidente de la Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo, José Ignacio Toca en una carta remitida a este medio de comunicación.

Pero lo triste es que quienes han vuelto a colocar este sábado las flores en la casa de los Ulayar en Echarri Aranaz lo han tenido que hacer envueltos en el anonimato para evitar ser identificados y las posibles represalias por parte de los radicales . Porque, por mucho que en 2011 ETA anunciara que abandonaba la ‘actividad armada’ y que el pasado mes de mayo escenificara su disolución, en algunos pueblos del País Vasco y de Navarra todavía se mantiene el odio que alimentó a los terroristas durante medio siglo de existencia.

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