El paro subió un 7,9% respecto a finales de 2019
- El Observatorio de la Realidad Social ya apunta la situación de crisis
El paro subió en Navarra un 7,9% con respecto al último trimestre de 2019 y un 4,1% más si se toma como referencia el primer trimestre del año anterior. A 31 de marzo había 35.071 desempleados, cifra que asciende a 40.442 en el mes de abril. El paro creció, sobre todo, entre los menores de 25 años (con un incremento del 7,5%) y la población extracomunitaria (un 10,4% más). Por otro lado, el sector agroalimentario, uno de los más potentes de Navarra, podrá salir reforzado de la situación generada por el COVID-19. Así se desprende del informe elaborado por el Observatorio de la Realidad Social del Gobierno de Navarra, referido al primer trimestre del año, presentado por la consejera de Derechos Sociales, Mª Carmen Maeztu, y el director general del Observatorio de la Realidad Social, de Planificación y de Evaluación de las Políticas Sociales, Luis Campos.
El Observatorio, que ha analizado los datos económicos del primer trimestre del año, ha señalado a la industria agroalimentaria y al sector primario como dos ámbitos en crecimiento, frente a sectores como el turismo o la hostelería, gravemente afectados por el estado de alarma, y a los que se unen las dudas sobre la automoción, con un peso específico importante para la Comunidad foral, por la posible caída de la demanda.
El informe incide en la diferente evolución de las actividades económicas, en función de si han sido consideradas o no esenciales por el decreto. Precisamente, frente a las que se han mantenido activas, las no esenciales han entrado, tal y como recoge el informe, en un periodo de “hibernación” en lo que a contratos se refiere. En este punto, ya en los tres primeros meses del año ya se detectó una “pérdida de dinamismo” en el mercado laboral, al suscribirse un 11,2% menos de contratos que un año antes. Esa contención en la contratación se ha dado principalmente en los contratos temporales de duración de 6 a 12 meses, en los que se ha registrado un descenso del 29,6%. Pero también entre la contratación a jornada parcial, que ha caído un 10,6%. Jóvenes, mujeres, población extranjera, personas con discapacidad y mayores de 55 años han sido los colectivos que más han notado los primeros coletazos de la crisis sanitaria.
El hecho de que muchas empresas se hayan acogido a ERTEs hace que los efectos del COVID-19 en la afiliación a la Seguridad Social no sean inmediatos, ya que las personas afectadas por ERTEs siguen oficialmente registrados como afiliados y no computan como paro registrado.
La crisis sanitaria del COVID-19 ha cuestionado también máximas hasta ahora aceptadas como la globalización y la externalización de la producción de elementos estratégicos para una economía. De ahí que es probable que se busque recuperar líneas de producción consideradas esenciales, lo que derivaría en cierta creación de empleo.