Antigua Super Ser: 28.000 metros cuadrados de nuevo sin uso

La empresa Ten Brinke no compra el terreno y Na+ califica de opacas las acciones del Gobierno de Chivite

El consejero José María Aierdi y el gerente de Nasuvinsa, Alberto Bayona. G.N

G.Santamaría

En 2019 fue Ikea y en 2021, Ten Brinke. Los antiguos terrenos de la empresa Super Ser, en Cordovilla, junto a Pamplona, no hacen más que recibir calabazas de los empresarios y lo malo es que se van incumpliendo acuerdos y propuestas que, al final, sólo perjudican a los navarros. Ikea plantó al Gobierno de Uxue Barkos y no se instaló en los 28.000 metros cuadrados de unos terrenos perfectamente localizados, en polígono, con buena comunicaciones y todas las condiciones para ser un espacio atractivo. Ahora, la empresa pública navarra que se ocupaba de las gestiones con Ten Brinke, Nasuvinsa, también anuncia que no hay acuerdo de compra después de meses en el que el consejero José Maria Aierdi del Gobierno de Chivite, afirmó una y otra vez que todo estaría controlado "y atado". Pero Ten Brinke no se instala en Navarra, a pesar se habérsele adjudicado un proyecto por 10 millones de euros.

Así, NA+ considera “escandaloso” lo acontecido en relación con el fallido proceso de venta de la antigua Superser a una multinacional holandesa y ha solicitado la comparecencia del consejero Aierdi para que dé cuenta de las consecuencias y las acciones que va a emprender en adelante.

La sociedad pública Nasuvinsa ha informado de que finalmente no ha sido posible un acuerdo para la venta del solar de la antigua Súper Ser en Cordovilla a Ten Brinke Desarrollos SL.

Nasuvinsa indica en un comunicado que la caída de la actividad económica como consecuencia de la pandemia han impedido un acuerdo entre ambas partes que permita "superar las dificultades derivadas de la recesión económica" y "garantizar la ejecución del proyecto con los usos ofertados".

El consejo de administración de Nasuvinsa acordó en enero de 2020 iniciar las negociaciones para la venta de este solar a la promotora Ten Brinke Desarrollos después de que el proyecto presentado por ésta obtuviese la mejor puntuación en la convocatoria realizada.

El informe técnico valoró especialmente la riqueza de usos de la propuesta y que compaginase la actuación comercial con una zona de servicios y dotacional, ya que proponía destinar el 28,61% a uso comercial, (9.000 m2), el 33,19% a hostelero y residencial de estudiantes y el 38,20% restante a equipamiento sanitario.

Un proyecto que coincidía con la voluntad del Gobierno de impulsar en el solar de la antigua Súper Ser un parque de servicios y dotacional de mediana superficie, no exclusivamente comercial, que permita implantar actividades polivalentes con otros usos consolidados y que aporte valor añadido y favorezca la creación de puestos de trabajo.

Por eso Nasuvinsa lamenta las dificultades surgidas para la materialización del proyecto como consecuencia de la pandemia, que ha conllevado un descenso de la actividad económica en sectores directamente vinculados con los usos propuestos por Ten Brinke Desarrollos.

Durante el tiempo de negociaciones, asegura la sociedad publica, ha priorizado la defensa del patrimonio público y del interés general, mediante la incorporación al acuerdo de compraventa de las condiciones técnicas y jurídicas que garantizasen el desarrollo del proyecto en los términos requeridos.

Terminadas estas negociaciones sin acuerdo, el director gerente de Nasuvinsa, Alberto Bayona, asegura que se estudiarán nuevas fórmulas orientadas a la venta del solar de Cordovilla en condiciones satisfactorias y al desarrollo de un proyecto empresarial que garantice una correcta ordenación urbanística de la zona y la implantación equilibrada de actividades comerciales, dotacionales y de servicios.

De momento en estos meses se han avanzado los trabajos para la adecuación técnica del solar, y así al derribo de las antiguas naves le ha seguido un plan de descontaminación de subsuelo y el desmonte de tierra en uno de los extremos para nivelar todo el terreno a la misma cota.

"Adjudicación opaca"

Por su parte, Navarra Suma considera que “es inadmisible que ahora Aierdi explique que la renuncia se derive de la caída de la actividad económica cuando hace un año fue incapaz de conseguir que la empresa comprometiese por escrito las condiciones que determinaron la adjudicación, según criterio del consejero”. coalición.

A este respecto, desde NA+ apuntan que Aierdi llevó a cabo una “adjudicación opaca”. “El proceso de venta se hizo sin realizar concurso público reglado, ni publicarse en el portal de contratación del Gobierno de Navarra y tampoco en los anuncios oficiales de Nasuvinsa”, han recordado, al mismo tiempo que destacan que, “sorprendentemente, en enero de 2020 el consejero anunció que la parcela había sido adjudicada a la empresa de gestión urbanística Ten Brinke, a pesar haber ofrecido un millón de euros menos a las arcas públicas”.

También recuerda NA+ que “las razones expresadas por el consejero para proceder de esta forma fueron que la empresa Ten Brinke realizaba una ‘oferta de usos más interesante’, ya que se comprometía a renunciar a parte de su aprovechamiento urbanístico comercial y sustituirlo por otros usos”.

No obstante, recalcan, “y a pesar de que Navarra Suma exigió a Aierdi mostrar los documentos que lo demostraban, el consejero respondió que tal renuncia todavía no se había formalizado y que se manifestaría próximamente en el documento de contrato de compraventa”.

NA+ ha denunciado que “han sido reiteradas las solicitudes de información al consejero sobre los documentos en cuestión, pero han pasado los plazos legales de respuesta sin atender la información demandada”.

“Y hoy conocemos por los medios de comunicación que la multinacional renuncia a la compra de la parcela por no cumplir las condiciones comprometidas y que determinaron la adjudicación”, añaden.

Por ello, advierten de que “este proceso plagado de opacidades, irregularidades y anuncios y promesas incumplidas puede desencadenar un serio conflicto jurídico a la empresa pública Nasuvinsa y a la Administración Foral, y la causa del mismo no es otra que la arbitrariedad y falta de transparencia que han guiado la actuación del consejero Aierdi”.

Año perdido

Desde comienzos de 2020 ya se sucedieron las peticiones de explicaciones al consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos, José María Aierdi, sobre todo tras el plantón que dio Ikea con estos terrenos. Entonces, con la adjudicación a los terrenos de Ten Brinke, José María Aierdi aseguró que el contrato de adjudicación del solar de la antigua Superser establecería la condición de destinar un gran porcentaje del terreno a uso sociosanitario y residencial, reduciéndose a 9.000 m² su uso comercial.

Aierdi respondía así a las críticas planteadas en el Pleno del Parlamento por Juan Luis Sánchez de Muniain, de Navarra Suma, quien ponía ya en duda que la multinacional adjudicataria cumpliese con los compromisos contraídos y alertó de que podría “amenazar el comercio de Pamplona”.

El contrato de adjudicación, aseguró Aierdi, incluiría las condiciones de edificabilidad de la parcela en un proyecto en el que se recogería un 29% de los 28.000 m² como uso comercial (9.000 m²) y el resto para usos sociosanitarios y residenciales, recogiéndose además la posibilidad de rescindir el contrato en caso de que se incumpliesen estos compromisos.

Este proyecto, le recriminó al portavoz de Navarra Suma, dista mucho del que ellos tenían con Ikea en el que se planteaban más de 30.000 m² destinados íntegramente a zona comercial, ya que el interés de la marca sueca por estos terrenos comenzó en la legislatura 2007-2011, con el Gobierno de UPN-CDN.

Pero Sánchez de Muniáin denuncióque Aierdi “anunció una cosa y aprobó otra” defendiendo que Nasuvinsa “adjudicó una parcela con capacidad para construir 30.000 m² de superficie comercial y hotelera a las puertas de Pamplona” que “amenazaba el comercio de Pamplona” y se hizo con una “adjudicación opaca sin el concurso”.

Ante esto, planteó “qué garantía tenemos de que la multinacional renuncie a parte de esos derechos de construcción de una gran superficie comercial para hacerlo coincidir con la oferta que les entregó”. “Difícilmente la empresa puede renunciar a unos aprovechamientos que no tiene” puesto que aún no ha firmado el contrato de adjudicación”, le espetó entonces el consejero Aierdi.

El acuerdo con Ikea, aseguró por su parte Sánchez de Muniain, “fue muchísimo más transparente” y la empresa “se fue porque se les dio con la puerta en las narices".

Respecto a esto, Aierdi indicó que el contrato con Ikea fue firmado en la pasada legislatura “con unas condiciones cerradas que hacía irrentable esa actuación” y “fue Ikea quien renunció a la implantación por un cambio de su estrategia general, no porque desde Nasuvinsa o el Gobierno se le estuviera apretando”.

10 millones y 544 empleos directos

En noviembre de 2020 se había de presentar el contrato cerrado y el consejero de Ordenación del Territorio, José María Aierdi, afirmó que la sociedad pública Nasuvinsa quería "atar" en la firma del contrato que el solar de la antigua Superser adjudicado por diez millones de euros a la empresa Ten Brinke Desarrollos se dedicase a los tres usos propuestos: el comercial, el hostelero y el de equipamiento sanitario.

"La cuestión que nos ocupa y preocupa es atar efectivamente los plazos y la propuesta realizada por parte del promotor y la manera de hacerlo es en el contrato de adjudicación. El contrato que tiene que firmar la empresa con la sociedad pública Nasuvinsa va a recoger el compromiso evidente de que la empresa no tiene recorridos al margen de la propuesta que realizó", afirmó Aierdi, en una comparecencia parlamentaria a petición de Navarra Suma.

Aierdi explicó que, entre las tres propuestas presentadas, Nasuvinsa optó por la opción de Ten Brinke valorando, entre otros argumentos, "la oferta económica de 10 millones, que no era la mejor, pero aseguraba que fuera una cantidad limpia teniendo en cuenta que asumían la totalidad de gastos de urbanización". Se valoró también "el domicilio fiscal ligado a Navarra, la estimación de puestos de trabajo (544 empleos directos y 312 indirectos), y los usos previstos, ya que es la propuesta que menos uso comercial plantea, y los otros usos generaban actividad económica que podía ser interesante".

El parlamentario de Navarra Suma Juan Luis Sánchez de Muniáin insistió entonces en que la intervención del consejero les dejaba preocupados "porque pensaban que les iban a explicar cómo tenía atado el compromiso de esa empresa, y por lo que deducían les decían que estaban en ello", en septiembre de 2020.

Por parte del PSN, Arantza Biurrun consideró que había habido "transparencia" en el proceso y "se habían aplicado los criterios de sostenibilidad económicas, social y medioambiental para seleccionar al comprador". Alegó que se iba a "a generar empleo, ingresos, era un promotor integral que urbanizaba, realizaba las tramitaciones y buscaba las firmas interesadas en instalarse, y es un proyecto que priorizaba servicios sobre el uso comercial".

La portavoz de Geroa Bai, Ana Ansa, dijo que le había "gustado mucho que no hubiera una valoración económica como prioritaria en un proyecto que entre otras cosas pretendía regenerar una zona industrial, de servicios" y destacó que se hubiesen tenido en cuenta aspectos como el domicilio fiscal, la estimación de puestos de trabajo o la reducción de uso comercial "en pro de otros usos que podían ser un activo positivo para la zona".

El portavoz de EH Bildu, Maiorga Ramírez, afirmó entonces que era "lógico" que el Gobierno quisiera "atar" por contrato el cumplimiento de los usos previstos en la propuesta de la empresa. No obstante, expresaba algunas dudas sobre la solución por la que había optado el Ejecutivo para este solar. "Merecía la pena una reflexión más profunda sobre el uso social que pudiera tener esa parcela. ¿Es lógico que en esas propuestas se planteen usos comerciales cuando estamos destinando dinero público para favorecer el comercio que se va a ver afectado por esas infraestructuras?", indicaba.

Y en el 19, Ikea tampoco

En julio de 2019 fue la empresa Ikea la que rechazó instalarse en estos mismos terrenos de Super Ser. La multinacional Ikea renunció a materializar el protocolo de 2015 y el contrato-promesa firmado en 2016 con la Sociedad Navarra de Suelo y Vivienda (Nasuvinsa) para la construcción de una gran superficie comercial a las afueras de Pamplona, con el Gobierno de Uxue Barkos.

Ikea se había comprometido con esta sociedad pública del Gobierno de Navarra a adquirir este terreno cuando Nasuvinsa terminara el derribo de los antiguos edificios de la fábrica de Super Ser, una labor que se estaba concluyendo entonces.

Una vez despejado y urbanizado el terreno, la multinacional sueca del mueble tenía previsto comprarlo por 9 millones de euros para construir una gran superficie comercial en la que se iban a crear unos 275 puestos de trabajo, pero la empresa, con lo labor de derribo finalizada prácticamente por el Gobierno de Navarra, informó entonces a Nasuvinsa, de que había decidido no confirmar el contrato.

Esta decisión, indicaron entonces que no causaba, en principio un gran perjuicio a la sociedad pública, que continuaría los trabajos de derribo y la adecuación de los terrenos, que "debería dividir en solares más pequeños para su venta a empresas del sector comercial". Eso era entonces y ahora tampoco.

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