El miedo todavía impide a los jóvenes hablar de su orientación sexual

Hay palabras que aún cuesta pronunciar: "Mi orientación sexual es bisexual". Vidas como la de un joven veinteañero que todavía se esconden "porque todavía estoy en un proceso de formar mi propia identidad". Se dio cuenta de que era bisexual en el instituto a través de comentarios homófobos e hirientes. "Me lo tomé como que tenía que ocultar esa parte de mí. Era un insulto, algo que estaba mal". Y todavía hoy se siente en riesgo. Algo que Ana Adán, psicóloga, reconoce que es mucho más común en los jóvenes de lo que se piensa: "La sociedad tiene que cambiar en el sentido que tiene que dejar de ver que lo distinto o lo diverso es peligroso o malo". Un cambio necesario para lograr una libertad que gente como Esther aun no ha encontrado: "No me siento completamente libre". Ella es lesbiana "pero crecer en un mundo hetero hace que tú seas la rara". Hasta que una mañana al levantarse se dio cuenta de que ella no le estaba haciendo daño a nadie: "Hemos dado un paso al frente pero por parte de la sociedad creo que queda mucha aceptación y mucha libertad de dejar ser".Y comprender que amar siempre debe ser motivo de orgullo.