El mediador de la trama del Tito Berni cobró 144.000 euros a través de su mujer

El mediador que da nombre al caso que ha acabado con la carrera política de dos altos cargos del PSOE, Antonio Navarro Tacoronte, habría cobrado al menos 144.298,83 euros con transferencias a la cuenta de su mujer, la también imputada Irene Megolla, que enviaron los empresarios implicados en esta presunta trama de mordidas.

Así consta en uno de los autos que obra en la causa a la que tenido acceso ABC, en el que se especifica que al menos seis mercantiles habrían ingresado presuntas comisiones en dos cuentas a nombre de Megolla. La juez la define como «receptora y beneficiaria del dinero obtenido» por el grupo a cambio de mercadear con influencias políticas y empresariales. «Recibiría gran parte de las comisiones que de forma ilícta habría obtenido por su participación en los hechos investigados, beneficiándose de la actividad delictiva de su pareja como intermediario de la organización investigada», expone la juez.

Entre los pagadores figuran la Quesería Montesdeoca S.L. , MEC Suministra S.L., Cleanergetic Seer Solutions, Hispano Robysa, Sergio de Frutos y Raúl Gómez Rojo, los cuales «se encuentran involucrados en el mismo grupo criminal». Además, el mediador también habría percibido dinero a través de transferencias que los empresarios habrían realizado a al menos otras dos personas de su entorno más próximo y que también han sido identificadas en la causa. Habría que sumar a estas cuantías el dinero que habría percibido en efectivo, presumiblemente en sobres, y el resto de 'aportaciones' en comidas, viajes, prostitutas... «Lo mío es esto, los números», dice en una grabación.

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En un sobre debían ir los 6.000 euros que Navarro Tacoronte le sacó al ganadero Julián de Santa Bárbara Pérez, también imputado en la causa. Ocurrió el 27 de noviembre de 2020 y el mediador tuvo la grabadora funcionando más de cinco horas en el hotel Eurostars Las Salinas de Fuerteventura. Había quedado con el entonces director general de Ganadería de Canarias, Taishet Fuentes. Juntos, «preparan la reunión con el ganadero para posteriormente recibirlo en la habitación del hotel y pedirle dinero». Tiene un problema con parte de su finca, necesita una licencia. «Pero tú sabes que conseguir una licencia es sobornar a un montón de gente», le advierte el mediador, que insiste además en que no puede comentar nada a nadie sobre lo que están hablando, especialmente al diputado Fuentes Curbelo. «Juan es mi amigo. Se entera de esto y me busco una ruina que te cagas», dice en presencia del sobrino.

Acaba preguntándole de cuánto dinero dispone y el ganadero le dice que tiene «poco» y que ya mil euros «es un montón de pasta». Navarro, que a priori le habla de poner 200.000, insiste: «Cuando se tocan estas teclas y usted falla en estas teclas (...) esas mismas teclas te hunden en la miseria, ¿Entiendes?», le dice. El ganadero sigue reticente y el mediador utiliza entonces otro pretexto. Le dice que necesita dinero porque ha tenido un problema y no puede pagar a los empleados. Julián de Santa Bárbara se deja acompañar a un cajero, pero «no sabe realizar la operación». «Tienes que sacarlo tú, yo no entiendo», le dice, antes de darle el PIN.

El cajero no le dio los 5.000 euros, quizá por un límite de seguridad en la tarjeta. Pero Navarro no ceja en el empeño. Pérez le dice que guarda efectivo en casa y el mediador hace una llamada para que un tercero le haga el recado. Irá en persona a la finca del ganadero a recoger un sobre «cerrado, que nadie tiene que ver nada». Y al final, serán 6.000 euros, 5.000 supuestamente para la licencia y mil para él. Cuando Pérez se fue del hotel, Navarro comentó a Taishet Fuentes: «¿Sabes cuánto tenía (en el banco)? 350.000 euros. Flipas». Y el entonces cargo público contesta: «Aparte del blanco de la leche y el oro que tiene bajo los pies. Me encanta este tío por eso». Pérez, por cierto, nunca obtuvo aquella licencia.

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife señala que la presunta organización criminal estaría coliderada entre el exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo y el exgeneral de la Guardia Civil Francisco Navas Espinosa, pero dando un papel central al propio Navarro Tacoronte, «la figura encargada de mediar» entre el diputado y el general de parte de los empresarios. En este sentido, fuentes del caso consultadas por ABC subrayan que no es un denunciante de corrupción, sino el «cerebro», el «epicentro», de toda una supuesta trama corrupta.

Él, como los cargos con los que intermediaba, se habrían venido «lucrando de numerosas comisiones y pagos mediante ingresos en sus cuentas bancarias tanto de forma directa como a través de ingresos a terceros que serían para éstos», en palabras de la juez. En otra resolución, da por acreditado un «concierto de voluntades» donde habría existido una «decisión definitiva y firme de ejecutar el delito», una acción «consciente, asumiendo lo que se pactaba» entre todos. «El proyecto delictivo habría resultado ser viable», destaca la magistrada.