El orgullo de trabajar con Pedro Solbes

Su faceta pública es bien conocida: servidor público que tuvo un papel fundamental en la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea; hombre de Estado que colaboró con diferentes adminstraciones de distinto signo político, y ferviente defensor del diálogo y la búsqueda de consensos.

Cuando el PSOE, partido al que no pertenecía pero junto al que trabajó la mayor parte de su vida política, le pidió que se integrara en el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, aceptó por su sentido de la responsabilidad y el deber.

Abandonó Bruselas, dejando atrás, no sin pesar, el que cargo de comisario europeo de Asuntos Económicos con el que podría haber culminado su carrera pública.

Los cinco años siguientes los dedicó al servicio de España, buscando siempre el bien común y tomando las decisiones que creía mejor podían beneficiar al conjunto de la sociedad.

En el ámbito privado, era un gran conversador, con un sinfín de anécdotas atesoradas en su larga trayectoria. Tenía un fino sentido del humor y, a su modo, era muy divertido.

Fue un jefe que sabía escuchar, que respetaba profundamente a su equipo y al que todos cuantos trabajamos con él admirábamos profundamente.

Y, sobre todo, era una gran persona. Hoy es un día triste para todos los que tuvimos la suerte de conocerle.

*María Jesús Luengo fue directora de Comunicación del Ministerio de Economía y Hacienda durante el mandato de Solbes