Ropa, estilismo y entrenamiento para ayudar a encontrar trabajo a mujeres vulnerables en Madrid
Un proyecto de colaboración pública-privada proporciona ropa, estilismo y entrenamiento práctico para encontrar trabajo a mujeres víctimas de violencia o en riesgo de exclusión

Cuando te dicen cada día, durante años, que no sirves, que no vales para nada, que no eres nada, te lo terminas creyendo. Después de algo así, volver a enfrentarse al estrés una entrevista de trabajo y hacerlo con la suficiente seguridad en sí misma ... es todo un reto. En el que muchas mujeres no están solas: la ONG Quiero trabajo, la Comunidad de Madrid y empresas privadas como KPMG, Securitas Direct, Telefónica, Orange o el Banco Sabadell, entre otras muchas, ofrecen voluntarios para entrenar a estas mujeres a reincorporarse al mundo laboral; y hasta ropa y lecciones de estilismo para atreverse a embarcarse de nuevo en la aventura de vivir.
El proceso se inicia en ocasiones en las redes de Atención Social. Y otras, en las propias oficinas de empleo de la Comunidad de Madrid, cada una de las cuales cuenta con una tutora para mujeres en situación de vulnerabilidad. En todos los casos, cuando se detecta la necesidad, se activa la palanca. Y se abre la puerta que facilite el paso a esa segunda oportunidad. Un proyecto en el que colaboran administraciones como la Comunidad de Madrid, empresas privadas y la ONG Quiero Trabajo, y que proporcionan a estas mujeres, antes de acudir a una entrevista para un empleo, desde la ropa y complementos que les proporcionen una buena imagen, a consejos de maquillaje y un entrenamiento previo con un profesional que les diga cómo contestar y qué actitud mantener para hacerse con el puesto.
Ana Belén García, subdirectora general de Oficinas de Empleo de la Comunidad de Madrid, hace balance de esta primera edición del programa en la región: «De 80 mujeres que toman parte en él, 39 ya han sido derivadas y 13 han pasado por entrevistas. Cuatro ya están colocadas». La oportunidad que para cualquier desempleado supone acudir a una entrevista de trabajo, para mujeres vulnerables que han vivido una situación de violencia doméstica puede ser una situación altamente estresante que las bloquee. «Hay que reforzarlas», explica García; para eso nace este contrato, que facilita que acudan a este encuentro «convenientemente vestidas y maquilladas, y tutorizadas por profesionales de una empresa que las preparan».
En el día a día, se palpa la falta de información que existe sobre las barreras que este colectivo de mujeres puede enfrentar cada jornada. «Prácticamente todas las que son atendidas en Servicios Sociales están inscritas en las Oficinas de Empleo, pero no todas están en situación de empleabilidad, por su estado», recuerda. Algo que ratifica la tutora para víctimas de maltrato del centro de empleo, Raquel Sánchez Aranda: «Llegan con distintos niveles de daño». La vuelta al trabajo es una segunda oportunidad de enlazar con la vida y dejar atrás lo pasado: «El empleo es autonomía e independencia», afirma Sánchez.

Por eso a través de este programa, «se las acompaña hasta que consiguen el trabajo». De la Oficina de Empleo se las deriva a la ONG, que se centra en reforzar sus habilitades profesionales porque «no te van a contratar por pena». Después de pasar por allí, la ONG remite a la Oficina de Empleo un informe con feed-back, con una visión objetiva de la mujer desde el punto de vista profesional. «A las aspirantes se les cuenta lo bueno que se dice de ellas en ese informe, porque les refuerza mucho escuchar qué habilidades y capacidades han visto en ellas y pueden ser atractivas para las empresas». Como resume Ana Belén García, «les damos las herramientas, y ellas tienen que volar».
Entrenamiento
Para desplegar las alas, están las responsables de Quiero Trabajo y las voluntarias que se apuntan desde diferentes empresas privadas para actuar como entrenadoras. «Este tipo de acciones las iniciamos en España hace cuatro años, en Barcelona, pero en Reino Unido existen desde hace más de 25 años», explica Gema Garrido, fundadora y directora para Madrid de la ONG. «Nuestro objetivo es que las mujeres que se incorporan al mercado laboral tengan ayuda cuando tienen una entrevista». Para eso, las llevan de la mano para dar varios pasos: desde el estilismo al servicio individual de preparación del encuentro con los posibles contratadores.
«Según la empresa a la que van, y el puesto al que aspiran, se les da un conjunto de ropa nuevo; no lo tienen que devolver. Lo facilitan colaboradoras como Inditex, El Corte Inglés, Cortefiel y muchas otras», señala. La interesada, aconsejada por una estilista, «elige las prendas en una 'showroom'».
La estilista se encarga de «crear un clima de confort, que vea que es un momento para ella». Se prueba con tiempo la ropa, se procura «que estén cómodas». La ropa «se les da lista, con los bajos subidos e incluso se les realizan tareas de plancha si hace falta». Y se les dan «todo tipo de consejos útiles: de maquillaje, de peinado y hasta de higiene; tienen que causar buena impresión en muy poco tiempo».
La segunda fase es la mentorización: voluntarios de empresas -hay hasta 400 en la fundación-, a través de sus departamentos de responsabilidad social corporativa, les ayudan a preparar la entrevista: qué tienen que decir y qué no, cómo decirlo … Algo especialmente útil, recuerdan algunas de las 'coaches' más experimentadas, como Nuria, porque «si alguien lleva años escuchando todos los días: 'no sirves para nada', es difícil que luego se vea bien y valiosa: hay que decirles los puntos fuertes de ellas que no ven». Algunas no tienen experiencia laboral, ni formación, ni estudios ni idiomas: «Son amas de casa que tras 40 años se divorcian y no saben qué hacer». Otras han sufrido trata o violencia. «La autoestima, en general, la tienen muy baja». Preguntas que a otros no nos afectaría, como si estás casada y tienes familia, «las puede bloquear».
La remontada
Gema Garrido exhibe orgullosa los datos de este proyecto: «Ocho de cada diez mujeres superan con éxito la entrevista y consiguen el empleo». La clave es «cómo lo hacemos y con quién: con alguien que te puede contratar, pero que en lugar de estar enfrente de tí, se pone a tu lado». Y también hay otro secreto: el trato que dan. «Hay que empatizar, asegurarlas que van a encontrar su lugar, que confías en ellas; no dejarlas solas y que ellas lo sepan». Como destaca Nuria, «hay que cambiar su percepción: de lo pequeñas que ellas se ven, a lo inmensas que las vemos nosotras».
María se prueba la ropa que va a llevar en su entrevista. Su vulnerabilidad viene de un larguísimo paro que la ha tenido varada más de dos años. «En mi caso, el mentor ha sido un voluntario del Sabadell, muy motivador; me explicó qué cosas tenía que mejorar en mis respuestas». Llegar a esta segunda oportunidad real, empezar a mover la rueda de nuevo, la llena de fuerza. Tuvo incluso una mentorización especial justo antes de la entrevista que «me dio seguridad; algo impagable, es un chute de energía».
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