Reyes Maroto reivindica un Madrid «arcoíris» y «con 'm' de mujer» después del 28M

El PSOE madrileño se ha hecho este domingo la foto de familia para presentar batalla el próximo 28 de mayo. La candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto, ha confeccionado una lista de 57 nombres con perfiles técnicos y fichajes externos. Algunos de los ocho concejales del actual mandato se mantienen en puestos de salida —la última encuesta de GAD3 para ABC concede a los socialistas 12 ediles—, aunque medio grupo ha quedado relegado. La actual portavoz socialista, Mar Espinar, abandona directamente el consistorio para saltar a la Asamblea regional: es el número 8 en la lista autonómica encabezada por Juan Lobato. Pero cualquier brecha interna se deshizo bajo el sol dominical, en un acto en plena plaza de la Villa, antigua sede del ayuntamiento en la capital.

Maroto, exministra de Industria, Comercio y Turismo, ha alabado a su equipo, «que representa todas las edades y sensibilidades» y que integra a «muchos jóvenes». También agradeció el «trabajo» del grupo municipal: «Nos está haciendo recuperar la conexión con la gente». Solo tres de los ocho ediles que entraron en Cibeles en 2019 aguantan en los primeros diez puestos de la lista, los que tienen más posibilidades de repetir. La portavoz de la comisión de Hacienda y Empleo y jefa de la campaña electoral, Enma López (número 3), el portavoz en materia de Desarrollo Urbano y Obras, Pedro Barrero (número 4), y Emilia Martínez (número 10), portavoz en la comisión de Familias, Igualdad y Bienestar Social. Ya en el número 11, aún con posibilidades, se sitúa el portavoz de Medio Ambiente y Movilidad de los socialistas, Ignacio Benito.

Lejos de una lista cremallera, Maroto ha colocado un trío femenino al frente de la candidatura. Por delante de Enma López, la número dos es Soledad Murillo, ex secretaria de Estado de Igualdad entre 2004 y 2008, cuando el ministerio lo dirigía Carmen Calvo. «Somos la primera candidatura con 'm' de mujer, con 'i' de igualdad», ha destacado la exministra. Es un mensaje en el que ha insistido desde hace semanas: «La igualdad tiene que estar en el centro de las políticas, porque la igualdad es democracia», ha remarcado este domingo. De entre los 57, Maroto también ha destacado en el acto a Ana Lima, ex secretaria de Estado de Servicios Sociales.

La candidata ha reivindicado Madrid como una urbe «acogedora», la «ciudad de los derechos y de la diversidad». «Si nosotros gobernamos construiremos la Casa Arcoíris, como quería [el activista y político del PSOE] Pedro Zerolo», ha señalado Maroto. Y dardo para el alcalde del PP, José Luis Martínez-Almeida, que durante su mandato no ha colgado la bandera LGTBI en la fachada del Palacio de Cibeles: «Qué orgullo cuando levantemos esa bandera y qué vergüenza que tengamos un alcalde que no reconoce esa diversidad».

La exministra, designada candidata por Ferraz, también ha destacado algunas de las últimas decisiones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, políticas que quiere potenciar en Madrid. Una partida de 1.200 millones de euros para Formación Profesional y el «quinto pilar del Estado del Bienestar», la primera ley de vivienda de la democracia, aprobada esta semana en el Congreso de los Diputados. «Los jóvenes no tienen un proyecto de vida si gobierna la derecha», ha asegurado Maroto, «la vivienda no es un bien de lujo, es una prioridad». Mención especial a la operación Campamento, que proyecta 12.000 viviendas al sur de Madrid y la que Sánchez ha asignado, a principios de este mes, 260 millones para desbloquearla tras 35 años en el limbo.

«El PSOE volverá a Cibeles, que tanto nos necesita. No es lo mismo que gobierne el PP o el PSOE, lo hemos visto estos cinco años. Un PSOE que siempre ha estado en la respuesta a los problemas de España, que ha buscado aliados y no ha buscado confrontar. Frente a la confrontación, el diálogo; frente a la crispación, la palabra; frente a la antipolítica, la política útil», ha dicho Maroto. «El 28 de mayo nos jugamos mucho», ha zanjado, «avanzar o retroceder a ese Madrid en blanco y negro al que nos abocan las derechas».