El profesor de Boadilla acusado de pedofilia llevó a alumnas a su casa para rodar un corto de fin de curso

Cinco familias se suman a las denuncias de siete víctimas contra el docente del colegio Virgen de Europa

Exterior del colegio de Boadilla, junto al profesor acusado de pornografía infantil ABC | Vídeo: atlas

Carlota Barcala

Madrid

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El pretexto era claro: rodar una película antes de que el curso llegase a su fin, como se llevaba años haciendo en el taller de Artes del colegio Virgen de Europa. El profesor A. M. era el encargado de las grabaciones, la realización y la dirección; las alumnas, de 6º de Primaria, se ocupaban del guion, siempre supervisado por el docente. Este año, el título no era otro que 'Asesinato en una furgoneta' y, a falta de pocas semanas para que las vacaciones de verano comenzasen, todavía faltaban escenas que grabar.

Con esa excusa, A. M. invitó un sábado a varias de las alumnas, de entre 11 y 12 años, a filmar partes de la cinta en su domicilio, cuentan fuentes del caso a este diario. La grabación duró varias horas. Nadie sospechaba –ni padres ni mucho menos alumnas– que detrás del «buen» profesor de Artes se escondía una persona que, semanas más tarde, acabaría acusado de un presunto delito de tenencia y producción de pornografía infantil.

Las familias buscan ahora respuestas. Sus hijas no salen en el dispositivo de memoria hallado por una vecina de Valdemorillo que propició el inicio del caso, pero quieren saber si en algún momento –ya fuese en su vivienda o en el colegio– las grabó desnudas, igual que al menos a siete de sus compañeras, y si sus imágenes pueden estar en algunos de los discos duros hallados en la vivienda, algunos de ellos destruidos. Por ello, la familia de una estudiante presentó ayer otra denuncia contra el docente ante el juzgado de Instrucción de Móstoles que investiga el caso; otras cuatro se sumarán la semana que viene, de manera individual. El objetivo es que se acumulen a las de las siete víctimas que ya están identificadas.

Los temores y sospechas se desataron cuando los padres de estas cinco menores tuvieron conocimiento de que el profesor que impartía la actividad extraescolar había sido arrestado por presunta pedofilia. En ese momento, preguntaron a sus hijas qué ocurría en las clases de rodaje y las menores –aseguran fuentes del caso– resolvieron todas las dudas. A. M. las llevaba al estudio de audiovisuales, donde había instalado una piscina, para que se cambiaran y descansaran en medio de las grabaciones del cortometraje, dijeron las estudiantes. Lo que falta por saber, y por eso se personan en la causa, es si a esas niñas también las grabó con una cámara diferente a la oficial mientras se desvestían y cambiaban para ponerse el bañador o algunas de las prendas que conformaban el vestuario de la actividad. Confían en que el análisis de los discos duros hallados en junio aporte todas las respuestas.

Pérdida de la cámara

Fue a finales de ese mes, el día 29, cuando A. M., hermano del director e hijo de la fundadora, fue arrestado en el propio centro escolar, según han contado a este diario las mismas fuentes. Diez días antes había perdido la cámara que utilizaba para grabar a las alumnas, justo tras realizar uno de los rodajes que ha provocado su imputación. Como en la anterior ocasión, también era sábado y, en este caso, les dijo a las víctimas que fuesen al colegio. Un día después, la vecina de Valdemorillo encontró la tarjeta de memoria en la calle y la entregó en el cuartel de la Guardia Civil de San Lorenzo de El Escorial. Los agentes pudieron identificar al acusado debido a que algunas de las niñas mostraban el logo del uniforme del colegio en varias de las escenas, que no habían sido todavía editadas. Tras el descubrimiento, procedieron a su detención.

En los vídeos que almacenaba –todos de ese mismo día– salían siete alumnas cambiándose de ropa en el estudio. No hay duda de que A. M. era quien las grababa: su cara aparece encendiendo y apagando la cámara, entre escena y escena. Los familiares han rechazado visualizar la integridad de las imágenes, pero sí han podido ver fragmentos para identificar a sus hijas y, según califican, son «nauseabundos».

La Guardia Civil trata de recuperar los discos duros taladrados que A. M. –en libertad con la prohibición de acercarse al colegio– guardaba en su domicilio, donde posiblemente haya más víctimas filmadas, incluso de años anteriores.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación