Fogonazos de deleite en Madrid
En plena vorágine de la capital es posible sentarse en un lugar de cuidada decoración a disfrutar de un suculento plato
Javier Solana pedía siempre lentejas. En La Ancha , un acogedor restaurante de estilo rústico situado a escasos metros del Congreso de los Diputados , la discreción es un plus y se paga. Así que lo máximo que se llega a averiguar es que Albert Rivera , líder de Ciudadanos, lo escoge para el almuerzo algunas veces y que el exministro socialista devoraba el tradicional plato de legumbres.
La forma de hacer antigua es lo que marca el listón en este local. El producto fresco y la buena mano de Gema Gila Hernández al frente de las cocinas durante los últimos 25 años hacen el resto. El buen trato al cliente, por supuesto, está garantizado. Gila Hernández refrenda que el cliente viene a «hablar poco» de refriegas políticas vividas en el cercano Palacio de los leones. A lo que se viene es a engullir un escalope tamaño familiar, aderezado con pimiento asado y patatas fritas caseras. «Aunque el producto estrella es el Armando, aquí y en el local La Ancha de la calle Príncipe de Vergara », asegura la cocinera. Al tiempo que lo explica, el paladar se activa con el olor del segundo plato, una receta de lo más original. ¿Quién ha tomado alguna vez tortilla de patatas con callos ? «Hay quien lo prefiere con almejas, pero la base tiene que ser la tortilla», detalla Gila.
En las paredes del restaurante cuelgan grafitis y frases que al dueño le han seducido, algunas dedicatorias de visitas ilustres, testigos de los acontecimientos políticos durante 35 años . «Entonces, algunos pedían a los botones que vinieran a por bocadillos y ahora vienen buscando la comida que hacían los abuelos cuando eran niños». Es el símbolo que imprimen los nuevos tiempos, aunque la boca sigue haciéndose agua.
Combinadas con cervezas suaves, triunfan también el mero con pisto y las lentejas (de Solana), «recetas estrella» de este restaurante tranquilo donde el silencio cómplice se mantiene férreo, como las paredes graníticas del Parlamento nacional.
El Imparcial
Tiene nombre de periódico, de hecho, se ha instalado en la sede de una legendaria cabecera impresa. Se promociona como local de copas y restaurante a precios económicos, pero al atravesar el umbral de la calle Duque de Alba , número 4, y subir las opulentas escaleras uno es consciente de que por allí atravesó otrora lo más granado de la cultura española. El director de la empresa, Ángel Redondo, está orgulloso de las ya famosas carrilleras hechas al vapor, sobre una base de crema de calabaza y el exquisito tartar de atún rojo sobre cama de guacamole (en la foto, a la izquierda). Estas son las recetas que el equipo de Redondo sirve regadas por sendas Mahou Casimiro , la verde y la roja. «Porque es la cerveza de Madrid, la de siempre y marida a la perfección con nuestras sabrosas carnes y el pescado fresco», explica Redondo. «Aquí la gente viene a disfrutar, a pasarlo bien, a relajarse», dice, mientras los cómodos sillones suscriben sus palabras.
«Se puede comer desde 10 euros. Tenemos platos por ese precio, menú del día a 14». Abierto de lunes a domingo, por 25-26 euros de media , el comensal puede pasar un rato de cine y, si quiere, pasarse por la famosa sala «Equis» que han reabierto hace un semestre.
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