El miedo al derrumbe lleva a hostales a vecinos de la línea 7B del Metro de Madrid
Los técnicos afirman que los daños en el nuevo bloque afectado son solo fisuras, pero apenas una parte ha regresado a sus pisos de San Fernando de Henares

La oficina de atención a los afectados por los desperfectos de las obras de la línea 7B de Metro, en San Fernando de Henares, bullía a la hora de comer. Decenas de personas, muchas capturando el momento con sus teléfonos móviles, no paraban de pedir ... explicaciones sobre por qué sus casas presentaban grietas de la noche a la mañana. O, mejor dicho, de la mañana a la tarde de ayer, que fue cuando dieron la voz de alarma.
El bloque número 8 de la plaza de la Fuente de la Flor no era ninguno de los damnificados por la construcción, en 2007, del ramal de la línea 7 hacia el municipio, Coslada y el hospital del Henares.
Una infraestructura que se presentó como muy necesaria en su momento pero que ya ha dejado en la calle a cientos de personas, sin vivienda. Una decena de ellas ha habido que tirarlas abajo, directamente.
Pero los 50 vecinos de Fuente de la Flor, 8, eran meros espectadores de lo que pasaba en su barrio. Hasta que el martes, sobre las seis y media de la tarde, alertaron de daños en el bloque y tuvieron que ser desalojados. Tras pasar cinco horas en la calle y luego ser trasladados a un centro polivalente municipal a la espera de una solución, una parte acabó en hostales (18 personas), a cargo de la Comunidad de Madrid, y otros decidieron irse con familiares (32).
Los mayores vuelven a casa
Los bomberos se encargaron de evacuar y los técnicos de la Dirección General de Infraestructuras, dependientes de la Consejería de Vivienda, encargaron a una empresa de Torrejón el peritaje, que ha concluido que no hay riesgo para la estructura y que pueden volver a sus casas. Sin embargo, parte de los afectados han decidido esperar, mientras que «los mayores, sobre todo, son quienes están más cansados y han recuperado sus viviendas», explican en el barrio.

«Vivo en un sótano. Vi temblar el suelo y que se rompieran las paredes. Estaba sentada en el sofá. Empezó a vibrar el suelo, porque tengo la máquina [de los trabajos de consolidación] pegada. Sentí un crujido, cómo se movían las copas y cuando me llamó la vecina vi que no podía abrir la puerta y me di cuenta de que se había rajado la pared«, narraba a Ep entre lágrimas Nines.
Todo, por las obras que se están realizando de inyección de hormigón y mortero en el entorno, debido a la situación de riesgo que se vive en otros portales del barrio por los desperfectos generados tras las obras del Metro. El resumen de la empresa Intemac especifica que «en las zonas comunes (cajas de escaleras y patios inferiores) y las viviendas A, B y C del semisótano y las B y D de la planta primera» se han observado «anomalías». «Básicamente responden» a «pequeñas fisuras sensiblemente verticales en la caja de la escalera, fisuras en los techos de los rellanos» y también en «particiones interiores y muros de fachadas de las viviendas, en diferentes localizaciones y trayectorias».
Existen «algunas distorsiones en ventanas y cercos de puertas». Las anomalías, añade, «no son indicativas en absoluto de una evolución de las condiciones originales de seguridad del inmueble que pudieran exigir la adopción de medidas de emergencia». En la zona, hay 76 expedientes de responsabilidad patrimonial y 72 familias desalojadas.
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